Pase lento frente a este local, porque el cartel todavía no se lo han colgado. De especialidad nikkei, este restaurante, que estuvo por años en Santa Beatriz, reabrió en Av.

Las Condes, a la altura de Las Tranqueras. Ozaki tiene dos terrazas para degustar su especialidad, mezcla de cocina peruana con japonesa. Imperdible es el “sake maki” ($ 8.250), un roll con camarón, palta, queso crema y quínoa crispi y envuelto en salmón con una pequeña rodajita de limón.

Esto le aporta un toquecito de acidez y queda muy bien con la salsa teriyaki casera, que acá tiene un matiz dulce y está hecha con sake y salsa de soya. Imposible no querer repetirse, por la cantidad de texturas y sabor de cada bocado.

Además, hay preparaciones chifa, platos que mezclan los sabores de China y Perú, como el wantán chalaco, que son más grandes que los convencionales y que vienen gorditos por la cantidad de relleno, en este caso, de pescado y mariscos ($ 5.900).