Por: Damaris Torres Fecha:26 Nov 2019

Peluquería Francesa, el patrimonial restaurante con más de 150 años en el barrio Yungay

Está justo en la esquina de las calles Compañía de Jesús con Libertad y es uno de los imperdibles del sector. Acá te contamos por qué.

Está justo en la esquina de las calles Compañía de Jesús con Libertad y es uno de los imperdibles del sector. Acá te contamos por qué.

Antes que fuera restaurante, la Peluquería Francesa, tal como dice su nombre, era un centro de estética donde se atendía a la elite que, por los años 1860, vivía en el barrio Yungay.

Ahí atendían en dos salones separados a damas y a caballeros. Sólo este último ambiente es el que aún se mantiene como una barbería tradicional -esas que usan navaja y toallas calientes-, pero el resto de la hermosa casona de dos pisos que está justo en la esquina de las calles Compañía de Jesús con Libertad, se convirtió en un estiloso restaurante que conserva lo tradicional del sector.

Hasta ahí se puede ir de lunes a sábado, a probar sus adictivos platos de cocina internacional, pero con toques franceses. ¿Por qué de esa nacionalidad? Porque cuando recién la inauguraron, en pleno siglo XIX, estaba al lado del consulado del país europeo.

Así es como podrás elegir entre uno de los 12 salones con nombres de personajes que vivieron en el barrio, como la profesora y feminista Amanda Labarca, o el científico polaco, Ignacio Domeyko, para sentarte a comer rico desde un desayuno, hasta una comida.

¿Qué probar en la Peluquería Francesa?

Son varios los platos que tienes que probar en este patrimonial local, uno de ellos es la increíble “plateada al Roquefort” ($ 13.500), que tiene 12 horas de cocción, para que quede tan blandita que no necesites cuchillo. Además, este corte va braseado con salsa de queso y acompañado con unas papas rústicas con un toque de merkén y orégano.

Otro imperdible es su “confit de pato a la naranja” ($ 13.500). Esta pierna es confitada en su grasa, para que conserve el intenso y sabroso sabor, y con salsa de naranjas naturales. Llegará a tu mesa con unas papas rosti, esas grilladas a la plancha con tocino, cebolla y pimienta.

Tampoco dejes de probar su “lengua de res” ($ 7.500), que la cuecen durante varias horas en su propio caldo y en salsa de almendras y alcaparras.

¿El postre? Imperdible es su “brownie de chocolate” ($ 4.500) que acompañan con helado artesanal de vainilla, o su “Bom Brulee” ($ 4.500), que consiste en un bom bom de chocolate rellena de crema brulee, que también lleva una salsa de mango y maracuyá, helado y praliné, que es una pasta de almendras caramelizadas.

Acompaña cualquiera de sus platos con su variedad de vinos, cocteles o jugos naturales.

Ojo: también tienen contundentes desayunos y onces, para que puedas ir a degustarlas y, aprovechar de disfrutar de este espacio repleto de fotografías, pinturas y lámparas colgantes hechas con antiguas secadoras de peluquería. Simplemente hermoso.