Es un reto solo para golosos, pero Pipe Sánchez decidió aceptarlo: el de comer un sándwich diario, durante todo un año y alrededor del mundo.
Así está haciendo su propia guía sanguchera, que abarcará 33 países y 52 ciudades. Ya estuvo en Asia, Europa y Oceanía y ahora va por América.
Es un recorrido bien tentador, que puedes ir siguiendo a través del Instagram de este desafío, llamado 365 Sánguchez., y también de su canal en YouTube.
Aprovechando que la semana pasada pasó por Chile, le pedimos a Pipe Sánchez que escogiera los sándwiches del mundo más sorprendentes que probó hasta ahora.
Estos son sus elegidos.
1. El más caro del mundo
Wagyu Mafia es un restaurante de lujo de Tokio, Japón, que solo vende un producto: el “Wagyu Katsu Sando”, un sándwich de carne de wagyu apanada.
Eso sí, ofrecen siete cortes distintos para la misma preparación, donde el más económico, el “knuckle”, cuesta US$ 30 dólares y el más caro, el “Kobe Dry Aged”, US$ 350. ¡$ 240.000 por un sándwich con 100 gramos de carne!
La preparación es simple: pan de molde blanco enmantequillado y tostado por dentro, con una carne de wagyu apanada en panko, y salsa de la casa. Nada más.
Eso sí, cada ingrediente tiene una característica que la hace especial. La carne no es “simplemente wagyu”, sino el de más alto nivel mundial: A5, marmoleado con un grado de de grasa impresionante. Es digna de tenerla en exhibición en un museo.
En tanto, el panko (pan rallado japonés) es un mix de cinco tipos de panes. Y la salsa, soya Kamebishi, la marca de mejor reputación del planeta, reservada por 20 años.
Y no les voy a mentir: yo probé el segundo corte más barato, el “zabuton”, y con cariño le dijo “el sándwich M&M: se derrite en tu boca. ¡Nunca había probado una carne así!
2. El vegano que parece carne
Es el “Pinky bratwurst XL” del Vegan Junk Food Bar, de Amsterdam, Holanda. ¡Es vegano y es más rico que cualquier otro hot dog que haya probado en mi vida!
De partida, la presentación es muy bonita. Además, es contundente: por si una salchicha (o más bien chorizo, por el grosor) fuese poco, acá vienen dos. Y no es cualquiera, sino uno de la marca Beyond Meat (que ya está en Chile).
La idea es que sus productos se ven como si fuese carne, tienen sabor a carne, e incluso “sangran”. ¡Es un milagro! Y todo hecho 100% en base a plantas.
Admito que no me creía mucho el discurso, pero después de probarlo aquí, bien cocinado y acompañado, me declaro fiel seguidor.
La salchicha es muy sabrosa, de textura perfecta. Las verduras fritas aportan crocancia, y las salsas, la cremosidad necesaria para que todo sea bien salseado. El pan era bien esponjoso, preciso para absorber todos los jugos sin pasarse. ¿El precio? $11.630.
3. El sándwich en pan de pizza
En Italia, los típicos sándwiches triangulares son llamados tramezzinos. Y como son tan fanáticos por la pizza, un chef decidió juntar lo mejor de ambos y creó el Trapizzino: un sándwich en pan de pizza y que da nombre a este local de Roma.
Ahí no solo innovan en el formato, un bolsillo de pizza relleno, sino también en los ingredientes. Puedes elegir platos romanos clásicos, como la lengua de vacuno con salsa verde, o uno de berenjenas a la parmesana.
Probé el “Beef Picchiapò ($ 4.990), que lleva el típico estofado que hacían las nonas romanas con los restos de las carnes. Juro que hasta se puede sentir el cariño maternal en cada mordisco.
4. La mejor hamburguesa de Copenhague
Sorprendentemente la encuentras en una estación de servicio, la Gasoline Grill. Para muchos daneses es la mejor hamburguesa del país (y algunos incluso dicen que de Europa).
Acá, en las “bombas” estamos acostumbrados a encontrar productos para comer rápido y continuar la ruta. O para matar un bajón nocturno. Pero aquí le dieron una vuelta y en un espacio mínimo, logran producir esta famosa hamburguesa, la “Butter Burguer” ($ 7.870).
Lleva una caluga de mantequilla sobre la carne, que en pocos segundos comienza a derretirse. ¿El resultado? Una hamburguesa húmeda y repleta de sabor.
5. El mejor sándwich envasado del mundo
Hasta Anthony Bourdain lo dijo: los sándwiches de pasta de huevo y mayonesa de las tiendas de conveniencia de Japón (las “conbini store”) son deliciosamente inexplicables.
El pan más suave y esponjoso que existe, con la clásica mayonesa japonea Kewpie y los famosos huevos de Kioto. Simples, pero ultra adictivos. No se puede ir a Japón y no probarlos.
Cuestan $ 1.500 aprox. y los venden en cualquier minimarket de Japón, como 7 Eleven o Family Mart.
6. La hamburguesa de camello
Estando en África, llama la atención poder comer carne de camello. Pero les adelanto que es una trampa de turistas. Eso, a pesar de que la recomiendan guías como Lonely Planet.
Pero no vale la pena probarla. Y es más o menos obvio, porque el camello es un animal de mucho movimiento, de poca hidratación e, incluso, pobre alimentación. El resultado es una carne sin sabor, sin jugos, muy apretada…
Probé la Camel Burger ($ 6.450) del Cafe Clock, en Marrakech, Marruecos, y todo mal, salvo el kétchup casero, que tiene un toque a canela y miel que es espectacular. Bien especiado y dulce. Como para copiarlo en casa.
Bonus track
La “Kevin Bacon” de Goiko Grill, la cadena de hamburguesas de España que, para mi, es la mejor del mundo.
Está cocinada como si fuese un clásico Philly Cheesesteak. ¡Tremenda!