Por: Evelyn Briceño Fecha:12 Oct 2018

Victorianna: Los fanáticos del té tienen un nuevo santuario en Plaza Sucre

En ese rincón ñuñoíno acaba de abrir la tetería Victorianna, donde todo gira en torno al té de alta calidad, que se puede tomar ahí o llevar.

En ese rincón ñuñoíno acaba de abrir la tetería Victorianna, donde todo gira en torno al té de alta calidad, que se puede tomar ahí o llevar.

A media cuadra de la Plaza Guillermo Franke —más conocida como Sucre— abrió hace dos meses Victorianna, un lugar en que el té es el rey indiscutido, para tomar ahí o para comprar por gramos y llevar a casa variedades finas que raramente se encuentran en otros locales.

Su dueña, Consuelo, es sommelier y diseñadora de té (inventa combinaciones de diferentes hojas y brotes). Además, viaja constantemente a China, lo que le permite escoger y clasificar de acuerdo a sus cualidades 60 tipos de tés que ofrece en el local, más otras 10 combinaciones creadas por ella.

Los brebajes del local —decorado en blanco y azul y con divertidas caricaturas de animales en los muros— se sirven en originales tazas, de todos los portes y diseños, que ha ido coleccionando en sus paseos por persas y ferias.

¿Los precios? Para todos los gustos: las teteras (para dos tazas) van desde los $ 1.990 a los $ 3.990. Se pueden comprar 100 gr desde $ 6.000 a $ 58.000, como el finísimo “baihoy gynsen”, uno blanco que se obtiene de brotes tan preciados que antaño se reservaban para los emperadores.

Uno de los favoritos de la clientela de Victorianna es el “Taiwan milky oolong”, un té azul con toques a leche y mango. También el té negro, tradicional y siempre elegante.

Entre los blend, puede ser el “carnaval de cachos”, que lleva té blanco, frambuesa, lotus, amaranto fucsia y manzanilla, bien primaveral y fresco. Y si andas con niños, pídeles “las hermanas mona”, mezcla de cacao, coco, banana y frutillas deshidratadas en el mismo local.

Pasteles y brunch a toda hora

Para acompañar, hay una línea de pasteles del mundo, tarta de ricotta italiana, que se sirve tibia con mermelada casera de damascos encima ($ 2.500). O el rollo de canela al estilo danés, más hojaldrado, súper crujiente ($ 1.500).

Otra cosa interesante del lugar es que todos los días y a toda hora se puede disfrutar un brunch. Hay varios tipos y todos giran en torno al té. Como “Rubén, el conejo”, que incluye una tetera, un jugo natural, una paila con dos huevos, dos tostadas con mantequilla y un galletón ($ 6.500).

Y ahora que viene mejor clima, también hay una línea de helados 100% naturales. Ojo con el “seis perfumes”, hecho con una infusión de 18 horas de zeste de limón y naranja, café, canela, clavo de olor y vainilla ($ 2.300 el simple).