Al vuelo de Quentin Tarantino
Fue durante las grabaciones en Berlín de Bastardos sin gloria, la película que en los Oscar de 2009 tuvo ocho nominaciones. Ahí, el director estadounidense Quentin Tarantino se enteró de que en el corazón de la capital alemana, cerca del Mauerpark, existía desde hace tres años un bar dedicado por completo a él, el Tarantino’s Bar. Movido por la curiosidad, una noche el director de Pulp Fiction fue a conocerlo. Al entrar, encontró un local bañado en luz roja y repleto de afiches de sus filmes. “Era genial. Y apenas llegué, el dueño me dijo, ‘bienvenido a tu lugar”, contó el cineasta en una entrevista. También se sorprendió con la carta de tragos, llena de nombres tarantinescos, como el Aldo The Apache, con tequila, syrup, soda y sal.
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