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El nuevo “swing” de la calle

Ya no son sólo malabaristas o cantantes que “pasan el sombrero”. Ahora, en plena ciudad, se montan conciertos, obras de teatro, exhibiciones de arte y espectáculos deportivos que antes sólo se veían sobre un escenario. Sólo basta salir de casa y dejarse sorprender. Son las 3.30 PM de un domingo cualquiera en el Parque Bustamante. […]

Ya no son sólo malabaristas o cantantes que “pasan el sombrero”. Ahora, en plena ciudad, se montan conciertos, obras de teatro, exhibiciones de arte y espectáculos deportivos que antes sólo se veían sobre un escenario. Sólo basta salir de casa y dejarse sorprender.

Son las 3.30 PM de un domingo cualquiera en el Parque Bustamante. De repente, casi de la nada, detrás del Café Literario, aparecen unos músicos con contrabajos. Luego, otros con guitarras, saxos y clarinetes. Por último, se suma un grupo de bailarines vintage, con suspensores y vestidos de lunares. Juntos, en menos de media hora, arman un jam de swing, un festivo espectáculo de música y baile que, de inmediato, llama la atención de los visitantes del parque.

Parece una escena de los locos años 20 en vez de una del siglo XXI. Se repite todos los meses, en el mismo lugar, desde marzo de este año. Quienes montan el show son los integrantes de la escuela Swingtiago y varias bandas de jazz. No lo hacen por plata, sólo por gusto y por darle color a la ciudad. “En las calles de Barcelona están de moda estos espectáculos de swing, y en Chile están tomando fuerza”, cuenta el arquitecto catalán Alex Mollà, quien fundó en julio, apenas llegó al país, esta academia, donde se practica este estilo musical y de baile. Cada vez que organizan uno, lo avisan antes en el grupo de Facebook SwingChile. ¿El próximo? Este domingo, a las 3.30 PM.

Cada vez se ven más espectáculos de este tipo en la ciudad. No se trata del malabarista del semáforo ni del cantante que “pasa el sombrero”. Los de ahora son obras teatrales, conciertos, y hasta exposiciones de arte contemporáneo, que perfectamente podría ver en un teatro o una galería. En cambio, sus protagonistas, artistas preparados, prefieren montarlos al aire libre, en parques o junto a paraderos, con el único fin de entretener al peatón. Algunos son tan espontáneos, que apenas se anuncian unas horas antes en Twitter o Instagram.

Es un fenómeno que comenzó hace unos seis años, con la aparición en Chile de los primeros flashmobs, esas manifestaciones colectivas que buscan sorprender a los ciudadanos con acciones insólitas, como las guerras de almohadas que se hicieron en 2008 en la Plaza de Armas. Eso, sumado a la política de puertas abiertas de centros culturales como el GAM, ha fomentado el uso de espacios al aire libre para que se practiquen disciplinas a vista del público, dando vida a shows gratuitos. Alejandra Wood, la directora del GAM, dice que en los espacios abiertos de este recinto “se han hecho unos 360 de estos espectáculos, que han visto más de 38.000 personas”.

El arquitecto y fundador de ArchDaily, David Assael, asegura que este fenómeno global lo impulsaron las redes sociales, que han facilitado que se importen ideas, como el festival de intervenciones urbanas 100 en 1 día. “Pese al aislamiento, Santiago se ha convertido en una ciudad global, con acceso a espectáculos internacionales y de alto nivel. Por eso, el público se ha vuelto más exigente y demanda estas manifestaciones. Además, sería muy latero que sólo gozáramos de los shoppings y no de estas otras cosas”, dice. Para disfrutar esas “otras”, sólo basta salir a las calles y deleitarse con el gran escenario a cielo abierto que se improvisa ahí.

EL BLUES DEL BIOBIO
A la esquina de Víctor Manuel con Placer llega cada sábado, domingo y festivo, de 11.30 AM a 2.30 PM, una leyenda del barrio Franklin, Bernie “Bad Guy” Weis. Vale la pena ir al Persa Bío Bío sólo para escuchar el blues rockero de este estadounidense de origen francés y gitano. Con su banda Sea & Sun, arma tocatas que se repletan de público.

El protagonismo se lo lleva Bernie, por su voz rasposa y por la forma en que toca la guitarra Gibson que le regaló su madre en 1959. Tan famoso se ha hecho, que lo invitaron a tocar al Club de Jazz de Santiago (el jueves 9 de octubre). Si le gusta su música, lleve el CD con algunos de sus temas, que vende en sus shows ($ 2.000).

Jazzantiago es otro grupo que le pone groove a la ciudad. La integran nueve músicos que, varias veces al mes, instalan toda una orquesta de jazz, contrabajo incluido, en lugares como el Paseo Las Palmas y parques de Maipú, la comuna donde viven. Siempre sorprenden a los transeúntes, porque tocan con virtuosismo temas de próceres del género, como John Coltrane y Miles Davis. Vaya a verlos hoy, de 11 AM a 1 PM, en el frontis del hotel Crowne Plaza.

No es la única cuadra de la Alameda donde puede detenerse a mirar un espectáculo llamativo. En el extremo norte del Paseo Bulnes, todos los días, desde las 7 PM, se reúne un grupo de patinadores a practicar slalom, ejercicio que consiste en moverse en zigzag esquivando conos y haciendo saltos y piruetas. Son las mismas que se muestran en campeonatos profesionales, como el que se hará en octubre en Francia y donde competirá Raúl Huerta, uno de los 125 mejores del mundo y que patina con frecuencia frente a La Moneda.

“ARENA LASTARRIA” 
Es una calle corta, de pocos metros, pero que a veces puede tomar horas recorrerla, porque los espectáculos gratuitos que se improvisan ahí son de esos que cautivan de inmediato. Como el de Walkin’ Blues, la banda que encontrará hoy, de 8 PM a 9 PM, en la esquina con Rosal. Toca un blues tan enérgico, que nada tiene que envidiar al de los músicos de Chicago ¿La mejor de su repertorio? La rockera Jump the boogie.

Fuera de la Plaza Mulato Gil de Castro también encuentra, varios fines de semana, pasadas las 6 PM, a un cuarteto de cuerdas. Lo que estos músicos interpretan al aire libre son clásicos tangueros de Gardel y Piazzolla, y piezas clásicas de Mozart y Brahms. La gracia es que suman también una melódica, ese instrumento de viento y cuerdas que parece de juguete.

Quienes también se hacen notar son los miembros del Carnavalito Gitano, un pasacalle de música y danza que recorre con frecuencia barrios como Lastarria, Bellavista, Yungay y La Chimba. Si se los topa por ahí, se sentirá transportado a los Balcanes, porque tocan melodías gitanas al estilo de la orquesta de Goran Bregović y las que aparecen en las películas de Emir Kusturica. Le dan también un toque oriental, con tambores y platillos árabes que se tocan al ritmo de la danza del vientre.

Para el 18 de octubre están preparando un gran espectáculo de danza y teatro, que contará la historia del pueblo gitano y que recorrerá varias avenidas de Santiago. El itinerario lo revelarán pronto en redes sociales. Esté atento para verlos, aunque sólo sea para admirar sus coloridos trajes.

Si no quiere esperar para disfrutar un espectáculo gitano gratuito, hoy desde las 7 PM, en la esquina de Merced con Lastarria, estará el grupo de danza y música Zingamalí. ¿Por qué verlos? Porque observar a las chicas bailando con la cara completamente cubierta, al ritmo de la melodía rumana Tutti Frutti, es hipnotizante.

TEATRO PARA UN ESPECTADOR
No todo es música en calle Lastarria. En la esquina con Rosal, todas las tardes de viernes, de 6 PM a 10 PM, se presentan los magos Pissarro y Celis, que llevan una década como dúo practicando la micromagia o close-up magic, esa de trucos pequeños, breves y veloces. Engalanados con camisa y corbata, sacan de la nada cartas, cigarrillos y monedas. Pídales que muestren el truco del vaso de shot. Verá aparecer y desaparecer los ingredientes del tequila con limón y sal al estilo Las Vegas, y a una velocidad increíble. Es el que más aplaude su improvisado público.


Ahí mismo, este sábado y domingo se instalará, a las 5 PM, un grupo de jóvenes moviendo marionetas. No las verá a simple vista; tendrá que mirar por una pequeña caja donde transcurre la historia. Así funciona el teatro lambe-lambe, un estilo teatral donde todo ocurre en pequeña escala y dentro de una caja. Eso no impide que tenga todo lo de una obra normal: personajes, vestuario, escenografía y música. Lo particular es que cada función es para un solo espectador. El que se monta en Lastarria lo trae la compañía Temblor de Cielo. La función tarda unos tres minutos.

Hay otra compañía de este tipo de teatro, Oani, que casi siempre se instala con sus cajas y marionetas en lugares de los cerros porteños, como la plaza Bismark, de La Loma, o el Paseo Yugoslavo, del Alegre. Anímese a ver sus microobras, como la que narran de un perro del puerto, a cambio de una adhesión voluntaria.

LA CIUDAD SE VUELVE GALERIA
Cuando la artista María Luisa Portuondo visitó la East Side Gallery de Berlín y vio cómo un trozo del famoso Muro fue convertido en una galería de arte con más de 100 expositores, pensó que algo así podría hacerse en las calles de Santiago, a menor escala, eso sí. Por eso, en 2012 comenzó a intervenir la ciudad, colgando grullas de origami en el puente Racamalac de Providencia o instalando 100 zapatillas-macetero con plantas en la ladera del Santa Lucía.
Hoy, a través de su colectivo, Laboratorio Escénico Visual, está convocando a artistas para convertir en galerías de arte los estacionamientos de bicicletas de Providencia, como los de la Plaza Mori y el parque Augusto Errázuriz. ¿Cuándo? El 1 y 2 de noviembre. Vea el estilo de los artistas que intervendrán los bicicleteros en www.galeriaurbanachile.cl.

Ese work in progress es el mismo que apreciará hoy si va al Parque Padre Hurtado, entre las 9 AM y las 7 PM. Ahí, cerca de los juegos infantiles, nueve escultores en metal cambiarán sus talleres por el césped para crear obras de acero. Estarán hasta el domingo 12, y la gracia es que puede ir cualquiera de esos días para ver el proceso y conversar con los artistas, entre ellos, el premio Altazor 2003, Cristián Salineros, y el discípulo del escultor Juan Egenau, Carlos González.

Quizás en marzo pasado se topó, camino al trabajo o al gimnasio, con una fila de jóvenes caminando con cuadros de arte contemporáneo en sus brazos. Si así fue, lo que apreció fue la Expo Andante, un proyecto de un grupo de artistas visuales, que varias veces al año se pasea por las calles de Santiago mostrando pinturas de mediano formato, de autores emergentes. La última vez, esta caravana se movió de Tobalaba hasta Santiago Centro. ¿La próxima? La están preparando para diciembre.

SORPRESAS EN LA CALLE
El domingo 26 de octubre no planee viajes fuera de la capital. Porque ese día la ciudad se convertirá en un gran laboratorio de arte al aire libre, con la segunda versión de 100 en 1 día, el festival de intervenciones urbanas que el año pasado cubrió con lana una combi fuera del Bellas Artes y armó un Pac-Man humano en varias manzanas de Providencia. El centenar de acciones de esta edición no está confirmado por completo, pero sí algunas, como el pez gigante de materiales de desecho que instalarán a mediodía sobre el “Puente de Los Carros”, frente al Mercado Tirso de Molina, o el jardín de lana que se tejerá en el barrio Concha y Toro.

¿Y recuerda cuando, en diciembre pasado, la Virgen del San Cristóbal fue “vestida” con diferentes trajes a través de un juego de luces? ¿O cuando pintaron grandes peces en el cruce de General Mackenna, en la Estación Mapocho? Esas fueron dos de las decenas de actividades del Festival Hecho en Casa, otro evento de intervenciones urbanas que se toma Santiago una semana al año. El de 2014 lo alistan para diciembre y promete, una vez más, sorprender a los peatones con espectáculos de arte al aire libre y a costo cero.

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