—Como mamá, ¿dónde recomiendas ir a almorzar con niños?

El sueño de todo padre/madre para poder comer tranquilo -o para poder comer, en realidad- es un lugar en donde los niños se puedan entretener y no ser los culpables de perturbar la ansiada calma del resto de los comensales. Ese sueño, ¡existe! Es La Fuente Reina, que al centro tiene juegos infantiles. Mientras comes puedes verlos correr peligro en el resbalín (Echeñique 8540). Otro es el café Cocó , diseñado para que los niños lo recorran de manera segura y entretenida, mientras una se zampa alguna cosita. Hay piscina de pelotas y juegos varios. Una maravilla (Holanda 1128).

—Un lugar para ir a descansar post festival.

Desconexión total y verdadero descanso hay en el Valle de Elqui, específicamente en el camping Cochiguaz, lugar poderoso, lleno de energía vital y sin energía eléctrica, donde logras sintonizar con los ritmos de la naturaleza. Un deleite ante el rigor de la vida moderna.

—Comedia imperdible en Netflix.

Lo primero que se me viene a la mente es el placer estival que me produjo ver entera la serie Weeds con buena compañía, calorcito y vista al mar.

—¿Y una película que siempre haga reír?

El sentido de la vida, de Monty Python, ese genial grupo de comediantes británicos. Me da esa risa consistente que viene con placer adicional por lo creativo, provocativo y delirante del asunto de la película. (En Netflix).

—Un disco para ponerse de buen humor.

Los de mi marido, Enzo Massardo, que es músico y productor musical. Cuando suenan en la casa, los niños cantan, bailan y se arma la fiesta, lo que siempre es buen panorama. Además, con esos discos musicalizamos infinidad de viajes en auto en que suenan una y otra vez. Es que los niños no se cansan de escuchar las canciones que les gustan y una con paciencia no más, cantando. (En Spotify).