Los 5 imperdibles de la exposicion de Yayoi Kusama (Últimos días)
Por Evelyn Briceño.
Pocas veces llega a Chile el trabajo de una artista visual tan importante, menos de una que aún está viva. Por eso, los últimos días de la exposición Obsesión infinita, de la japonesa Yayoi Kusama, son un panorama que no puedes dejar pasar.
Es una muestra extensa, que toma al menos una hora y media para recorrerla con detalle, en el Centro de las Artes 660. Todo lo que ahí se exhibe vale la pena, pero hay cinco imperdibles que capturan especialmente la atención, para que visites antes de que la exposición termine este 7 de junio.
1.- Las instalaciones que marcaron un antes y un después en la propuesta de Kusama se llaman Acumulaciones, un montón de elementos cotidianos, como zapatos, bandejas de comida y maletines, que ella rellena con figuras fálicas hecha de tela y pintadas con tonos metálicos.
2.- Entrar en la Sala de espejos del infinito es sumergirse en un universo onírico. Es un pequeño espacio que alcanza dimensiones eternas gracias al uso exacto de los espejos por parte de la artista. Junto con el espectador, en estos se reflejan cientos de formas fálicas llenas de lunares blancos y rojos, y todo parece prolongarse hacia el más allá.
3.- En 1977, Kusama decidió internarse en un hospital siquiátrico, donde vive hasta hoy. Pero cerca del sanatorio tiene un estudio en el que pinta cada día, a veces por horas. En esta retrospectiva hay una muestra de sus trabajos actuales. Son lienzos de gran formato hechos entre 2010 y 2012, acrílicos sobre tela en que resaltan colores fuertes como el fucsia y el naranja. Entre los trazos se distinguen sus particulares puntos y lunares, ojos, flores y su autorretrato de perfil.
4.- Una de las obras más impactantes de esta exposición se encuentra casi al final del recorrido. Es un laberinto rodeado de espejos y luces de colores que otra vez dan la sensación de estar en un espacio sin fronteras, en que las luces y los cuerpos se reproducen hacia el infinito. Son sólo 30 segundos para apreciar el espectáculo, uno que asombra y deleita.
5.- Al final de la muestra hay una secuencia de fotos de la artista que permiten conocerla de mejor manera. Desde que era una niña de pelo corto y mirada dulce, en 1936, hasta su imagen actual, captada en 2013, en que posa con su típica peluca roja. Ojo con el retrato de 1971 en que aparece al lado del gran pintor y escultor estadounidense Joseph Cornell.
Comentarios