—Un buen café para ir a leer.
“Prefiero el silencio de mi hogar antes que un café. Allí me hago tazas de té que van quedando sin tomar por toda la casa. Me gustan el oolong y el chai de la marca Pukka, que venden los sábados en el Mercado del Drugstore (Av. Providencia 2124)”.
—La mejor playa para un lector?
“No soy muy fan de la playa en verano. Fuera de temporada, me encantan Puertecillo y todas las playas de la VI Región. Son inmensas, hermosas y la mayor parte del tiempo están vacías. Hay que leer mirando el mar desde la ventana eso sí, porque corre mucho viento”.
—Un par de títulos para este verano.
“7 casas vacías, de Samantha Schweblin, porque es la mejor narradora latinoamericana que he leído en los últimos años. Y Mujeres bacanas, de Isabel Plant, Concepción Quintana, Fernanda Claro y Sofía García-Huidobro, más las ilustraciones de Sonia Pulido. Para inspirarse y no olvidar que somos capaces de todo” (Las Urbinas 17).
— Además de Catalonia ¿Qué otra librería hay que visitar una vez al mes?
“Sin duda, Lolita (República de Cuba 1724). Es preciosa, única y de barrio. Me gusta el ambiente acogedor que tiene, son amables y siempre te sientes bienvenido”.
—Webs para fans de los libros.
“Bookdepository.com, para comprar (tiene free delivery a todo el mundo) y el Instagram de Strandbooks para hipsterear un poco”.
—Un disco para escuchar en el auto?
“Musas, de Natalia Lafourcade. Ahí me gusta cómo la acompaña de forma genial el grupo Los Macorinos”.