Todo se derrumbó: 14 historias sobre desastres personales en tono fresco y directo
Este libro lanzado en diciembre de 2018 se puede volver a tomar una y otra vez, gracias al estilo fresco y directo de, es una antología que reúne a 14 autores que narran en forma directa y fresca, historias sobre desastres personales.
Cuando la editorial Santiago-Ander los juntó, lo que quería era mostrar los distintos estilos de autores jóvenes que estaban dando qué hablar y también que darían qué hablar.
Algunos ya tenían publicaciones en editoriales como Planeta, Random y Libros de Mentira y otros estaban por lanzar algún libro.
Pero lo que los unía era un talento innato para contar historias, a veces terribles, pero con un estilo tan directo y fresco, capaz de pasar como miel por una garganta dañada.
Y la idea de convocarse en torno al “desastre” como tema central de una antología que llevaría 14 cuentos con 14 estilos distintos, se les ocurrió en conjunto, en una noche de fiesta.
Todo se derrumbó es la compilación de 14 relatos que tocan temas que a todos les toca vivir: la relación amorosa que hace tocar fondo, la pérdida de personas significativas, el despertar a verdades crudas calladas por años y así…
Escritores unidos por desastres
El “desastre” como tema apareció como punto de partida en la mente de 14 autores por el hecho de vivir en un país que no ha sufrido pocos, principalmente, por los estragos de la naturaleza.
Y segundo, porque de algo así siempre sale material y en un idioma universal.
Por eso, hay capítulos como “El Fondo del abismo”, de Ricardo Elías, cuyo eje central es la ruptura de una relación que causa un hundimiento sin retorno.
Otros, como “De qué hablamos cuando hablamos de Apocalipsis”, de Emilio Ramón, que ante el terror de que se precipite el fin del mundo, hace salir a la superficie verdades escondidas bajo siete llaves.
También relatos más dolorosos como “Dónde jugarán los niños”, de Francisco García Mendoza, que toca el tema de la agonía que sobreviene a cualquier ser humano cuando les sacan de cuajo a un hijo.
Y cómo dejar de lado el abuso y la venganza a manos propias, en el “El Pozo”, de Nina Avellaneda.
Lo que más se agradece de esta antología, es la cuidada elección de las historias, todas con tonos muy diferentes entre sí y que son una excelente puerta de entrada a la obra de estos escritores que están empezando a hacer ruido en el circuito literario nacional.
El resto, hay que retenerlos: Carolina Brown, Rodrigo Torres Quezada, Macarena Araya, Carmen Galdames, Constanza Terninicier, Joaquín Escobar, Amanda Teillery, Alejandro Rozas, Luis Hachim y Francisco Marín Maritelli.
*La antología de la editorial Santiago-Ander la puedes encontrar en Tobalaba Mil Qué Leo, donde quien escribe, Anita Barra, es la librera.
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