Por Matías de la Maza.

Se puede pensar que poco es lo que no se ha dicho del fallecido líder de Nirvana. El estatus de leyenda musical de Kurt Cobain lo ha transformado en un personaje bastante manoseado en la cultura popular. Por eso, el hecho que el documental Kurt Cobain: Montage of heck ofrezca realmente una mirada inédita sobre el músico resulta un logro no menor.

El registro no sólo posee imágenes y grabaciones nunca antes vistas o escuchadas, sino que es realmente la historia más personal que se haya creado sobre el artista. En Cinemark y Cine Hoyts aún quedan entradas para las funciones limitadas que tendrá el documental este jueves, y aquí te damos algunas razones de por qué resulta una experiencia imperdible.

No es una “biografía” propiamente tal

Sí, Montage of heck habla de la infancia y adolescencia de Cobain, de su vida como músico, y de su deterioro en sus últimos días, pero no de la misma manera en que se puede ver en una biografía tradicional del músico. El registro se enfoca fundamentalmente en el estado mental del artista, más que en los hitos de su vida.

Se muestra más de lo que se dice, a través de extractos del diario personal de Cobain, grabaciones nunca antes escuchadas, desde canciones hasta reflexiones en sus propias palabras, y vídeos caseros que entregan de primera mano un vistazo a la intimidad del músico. Escenas con su hija recién nacida, Frances, resultan particularmente conmovedoras. Para quienes esperen que el documental se centre en los lanzamientos de Bleach, la composición de About a girl o la trastienda de la creación de Nevermind, se podrán ir algo decepcionados. Esto es un viaje directo  la perturbada mente del artista.

Hablan las personas que más lo conocieron

El director Brett Morgen se quiso asegurar que los testimonios que recogiera su documental fueran sólo las personas que más conocieron a Kurt Cobain en vida. Por eso, en vez de entrevistar a decenas de músicos, amigos y conocidos sobre el legado del líder de Nirvana, Morgen se centró en sólo siete figuras, las que más marcaron la vida de Cobain: su madre, Wendy O’Conner, su padre, Don Cobain, su hermana, Kimberly, su madrastra, Jenny Cobain, su ex novia, Tracy Marander, su compañero de banda, Krist Novoselic, y su viuda, Courtney Love.

Entre todos logran perfilar la complejidad del personaje central, el rechazo que vivió de su familia, su dificultad para adaptarse a la sociedad, su desdén por su imagen de figura pública, su adicción a la heroína, pero también su genialidad y creatividad. La mayoría de las fuentes del documental (exceptuando Novoselic y Love) hablan por primera vez en cámara sobre el fallecido músico, y sus visiones ayudan a completar el puzzle de un hombre que más que la voz de una generación, sólo era un ser humano muy (MUY) dañado, con virtudes y defectos.

Un guiño a Pink Floyd

Morgen afirmó que una de sus mayores inspiraciones para el documental fue la película de Pink Floyd, The Wall, y se nota. Montage of heck tiene amplias secuencias en donde dibujos hechos por el mismo Cobain son animados y musicalizados para representar sus pensamientos y deterioro mental.

También algunas grabaciones de voz de Cobain, con el músico narrando pasajes de su vida, traen de vuelta al artista a la vida a través de animación, reconstruyendo visualmente algunos sucesos que lo marcaron. La técnica resulta particularmente efectiva en el retrato de su adolescencia. A ratos las imágenes perturban y agobian, pero es exactamente el sentido de éstas. Entre toda la sicodelia, está la verdadera imagen del músico.

Tu última oportunidad para ver este documental en la pantalla grande será este jueves 28, en funciones especiales en Cine Hoyts y Cinemark en Santiago, Antofagasta, Talcahuano, La Serena y Viña del Mar.

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