A muchos adultos, el nombre Violetta no les suena. Salvo que sean papás de niños -especialmente niñas- de entre cinco y 12 años. En ese caso, lo más probable es que ya tengan en sus manos las entradas para llevar a sus hijos al show de esta cantante argentina y estrella del canal Disney.

Martina Stoessel, su verdadero nombre, vuelve a Chile en julio, después de que en 2013 convocara a más de 68 mil personas en las seis funciones que ofreció en el Movistar Arena, mucho más que las 63 mil que reunió Madonna en su última presentación acá, en 2012.

La cifra confirma lo bien que les va aquí a los espectáculos familiares. En los últimos años, el público que los demanda se ha multiplicado y exige una cartelera que incluya presentaciones con cartel “apta para todo público”.

“Desde hace una década que este tipo de producciones son cada vez más comunes y la gente las pide y espera en ciertas fechas, como las vacaciones de invierno. Gracias a que existen, se va creando la cultura y gusto por ir a espectáculos masivos desde chicos. Luego, a medida que crecen, siguen yendo a otros”, sostiene Rodrigo Martínez, media mánager de DG Medios, productora encargada de traer a Violetta.

¿Qué propone la cantante en esta nueva visita? Regresará al Movistar Arena entre el 3 y el 5 de julio, con un show que ya presentó en países como España y Colombia y que resume los hits que la llevaron a la fama como protagonista de la telenovela teen de Disney Channel, Violetta, más los éxitos de su último disco, Gira mi canción.

Y no sólo habrá música: también, las coreografías y acrobacias de ocho bailarines en escena, un vestuario que -dicen los productores- sorprenderá por su colorido y brillo, y efectos con fuego y pirotecnia. Junto a Martina Stoessel también estarán en el escenario otros personajes de la serie, como Diego, León y Ludmila. Y tampoco faltará el himno que Stoessel cantó en la película Frozen, Libre soy, para hacer de las tardes del viernes 3, sábado 4 y domingo 5 de julio verdaderas fiestas preadolescentes.

Del cine al escenario

Hay una película que lleva cuatro partes y que ya es un clásico del cine infantil: La era de hielo, uno de esos filmes que sacan risas entre los niños y los papás que los acompañan a verlas. Por eso, hace cinco años se convirtió en un espectáculo en vivo en Estados Unidos, con personajes como Diego, Manny, Scrat y Sid patinando en hielo. Aún sigue de gira por el mundo y hace unas semanas debutó en Montevideo y Buenos Aires, donde vieron este show más de 18.000 espectadores.

El 17, 18 y 19 de abril, el Movistar Arena recibirá a estos artistas de la compañía Holiday on Ice, una que lleva más de 70 años montando espectáculos en ese formato y que visitó por primera vez Chile a fines de los años 50. Ellos están fogueados en construir shows que, a pesar de que duran dos o más horas, no dan respiro, con música en vivo y coreografías que mezclan elegancia y destreza.

Sobre el escenario, más de 40 artistas lucirán su talento sobre los patines, bajo el disfraz de personajes que a veces alcanzan tres metros de altura y más. Y ojo, que no sólo danzarán a ras de suelo, sino que también se encaramarán en trapecios y cuerdas para darles más espectacularidad a las escenas.

Sombras, sueños y magia

Los guionistas de programas infantiles de televisión han visto en los espectáculos en vivo otro campo donde incursionar y el público chileno podrá ver al menos dos de estas propuestas en los próximos meses.

El guión de Shadowland -el montaje que traerá en mayo al Teatro Municipal de Las Condes la compañía de danza estadounidense Pilobolus- fue creado por Steven Banks, escritor principal de la archipopular serie animada Bob Esponja.

En la trama, Banks mezcla drama y humor, y los bailarines de Pilobolus interpretan la historia a través de la danza en un teatro de sombras; es decir, los personajes se mueven detrás de una pantalla semitransparente blanca. Gracias al uso de la luz, los cuerpos se convierten en sombras gigantes o diminutas y juegan formando casas, muebles y animales.

Shadowland -recomendada para mayores de 12 años- se estrenó el año 2009 y la vio más de medio millón de personas sólo en los tres primeros años de gira, en ciudades como París, Berlín, Madrid y  Nueva York.

¿Qué es lo que más asombrará a los niños cuando debute en Chile? La prodigiosa transformación de los bailarines en animales, algunos enormes, como un elefante que juega en el zoológico.

En el caso de Tim: The Illusive Man, el espectáculo que el ex Magic Twins Jean Paul Olhaberry estrenará en septiembre, en el Centro de las Artes 660, el guionista es Daniel Castro, autor de los libretos de 31 Minutos.

Es la historia de un niño que se encuentra con el último maestro de la magia, quien le entrega al pequeño su legado y lo invita a viajar por un mundo onírico y fantástico. A lo largo del relato van apareciendo los trucos, las acrobacias en trapecio y la danza, todo conectado por la música creada especialmente para el montaje por el fundador de Los Jaivas, Eduardo Parra, y que en escena interpreta en vivo la banda Boris Krivos.

Un año de producción, más de seis meses de ensayo y una inversión de cerca de US$ 500.000 -con equipos de magia traídos desde Canadá- son las cifras de esta megaproducción, que en enero de 2016 recorrerá otras ciudades de Chile y México. “Siempre vale la pena montar un show de calidad para las familias; verlo en conjunto marca un momento histórico en la vida de todos sus integrantes, uno que siempre recordarán”, dice Olhaberry.

El mago anticipa varias escenas memorables, como una en que el protagonista y una anciana flotan en una nube sobre el escenario por más de tres minutos.

Risas en el sur

La compañía Okidok es belga. Tiene sólo dos integrantes, Xavier Bouvier y Benoît Devos, pero ambos divierten como si fueran 10. Ya llevan una década recorriendo Europa con su espectáculo Ha Ha Ha y en septiembre aterrizarán en el Teatro del Lago de Frutillar para hacer reír a los chilenos.

Lo que verá sobre el escenario son payasadas y errores tipo slapstick -como los tortazos en la cara, los bailes cómicos y los tropezones-, malabares con cajas de cartón y otros objetos, y algunas acrobacias en que mezclan talento y comicidad.

¿Y algo para iniciarse en la música docta? Como cada año, el Teatro Municipal de Santiago propone su Pequeño Municipal, un programa que busca difundir el ballet, la ópera y la música clásica entre los niños. El 17 de mayo presentará El Principito, un concierto dramatizado que el director Horacio Videla construyó a partir de Las  estaciones, del compositor ruso Aleksandr Glazunov y con arreglos de Amy Greenhalgh, y el célebre libro del francés Antoine de Saint-Exupéry.

Mientras los actores en escena van dando vida al relato, desde el foso suenan los acordes, a veces sutiles y a veces enérgicos, de la obra de Glazunov.

¿Se acuerda de la trama? Es la del  aviador que se ve forzado a aterrizar en pleno desierto del Sahara, lugar en que se encuentra con un pequeño príncipe. El piloto intenta arreglar su nave y mientras tanto el Principito le cuenta sobre su vida en un asteroide, donde había una rosa y tres volcanes.

Otra buena oportunidad de ver un espectáculo al que pueden ir niños desde los seis años, sus hermanos adolescentes, los papás y los abuelos.

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