Por Evelyn Briceño O.
En la terraza de Mazaccone, una cafetería y pastelería que abrió hace dos meses en calle Gerónimo de Alderete, Ignacia y su amiga Claudia toman un té perfumado, de esos que vienen en frasquitos y que uno puede oler para escoger qué variedad quiere probar. Conversan sobre temas domésticos y otros más serios, mientras sus pequeñas hijas, dos de cada una, disfrutan a tres metros de distancia. Las niñas juegan, justo al frente de su mesa, en el jardín del local, donde hay una casa de muñecas, balancines, caballitos de madera y otros elementos dispuestos ahí para que los papás disfruten de la hora del té mientras sus hijos se entretienen, siempre a la vista.
La escena se ha hecho frecuente en un puñado de cafeterías que se han adaptado a este concepto y que están preparadas para recibir a las familias cada tarde. En el caso de Mazaccone, la idea nació de un par de hermanas que son madres y que, por lo tanto, sabían qué necesita un lugar para recibir a papás e hijos. Y no sólo el mobiliario refleja esa preocupación, sino también la carta: para los niños existe el tea for kids ($ 4.490), que incluye un chocolate caliente -servido en vasito de plástico- con marshmallows de colores, un sándwich prensado y crujiente de jamón y queso, y un popcake, esos dulces hechos de chocolate cubierto con pelotitas de colores que llevan palito para que no se manchen las manos.
¿Para los papás? Puede ser una opción para compartir ($ 9.900), que trae dos jugos de naranja, café o té y una canasta con diferentes tipos de pan y un mix de dulces, como cinnamon rolls y brownies, más palta o huevos, manjar y mermelada de campo y miel de ulmo traídas de Puyehue. Si sus niños son de aquellos que prefieren quedarse sentados en la mesa, no se preocupe, porque les pasarán lápices para que pinten o algún cuento para entretenerse.
Delicias saludables
Unas cuadras al poniente, por Nueva Costanera, está 7 Alces, un café pequeño, similar a Mazaccone, también preocupado de esos papás que quieren salir con los más chicos de la casa a tomar once. La terraza, alfombrada con pasto sintético, permite que los pequeños se sienten en el suelo sobre cojines y almohadones. A veces les pasan lápices de colores para que coloreen los individuales de papel o una carpa para que jueguen a las casitas.
¿Para golosear? Ahí también crearon una once con sabores infantiles, pero saludables. Trae chocolate caliente, mix de frutas, jugo natural -de manzana verde, piña y pepinos salados, por ejemplo- hecho en prensa fría para que los vegetales no pierdan sus propiedades, y un planchado de pechuga de pavo y queso sin lactosa, que puede ser en pan sin gluten o pita ($ 5.900).
Los papás no se pueden ir sin probar los dulces artesanales, como el pumpkin pie, perfumado y esponjoso, hecho con zapallo camote, queso crema y cardamomo ($ 3.100). Acompáñelo con un submarino, que lleva leche (si quiere, pídala vegetal), salsa de chocolate y cinco tabletas de chocolate ecuatoriano con 71% de cacao que se van disolviendo de a poco en el líquido. Una delicia invernal.
Tan rica como la torre de dulces que sirven en el restaurante Cabildo para tentar a chicos y grandes. En una tortera de tres pisos vienen 18 unidades de alfajores, chilenitos y empolvados como esos que hacían las abuelitas, con manjar y azúcar flor ($ 7.200). Cómo no tentarse, también, con los churros ($ 1.200, seis unidades). Los niños los disfrutarán con una taza de humeante chocolate caliente al lado ($ 2.400), que aquí se hace menos espeso. Para usted, hay tés de marcas boutique, como el earl grey con naranja ($ 1.800).
Pero en Cabildo no sólo la comida rememora a las abuelas; la decoración también las recuerda, así es que aproveche de contarles a sus niños cómo eran las casas y la vida hace 30 o 40 años. Y si son más inquietos, llévelos al pasajito que une la calle Constitución con el restaurante -a un costado del Hotel Castillo Rojo- para que jueguen con las fuentes de agua y miren un paisaje que evoca al Santiago antiguo.
En un cinco estrellas
En los años 50 y 60, y siempre que se pudiera, era una costumbre llevar a los hijos a tomar té a los salones de un hotel. Si quiere recordar esa práctica, pero de una forma menos acartonada, llévelos de miércoles a sábado, entre 4 y 7 PM, al Atrium del Grand Hyatt Santiago, que está en el lobby del hotel. Ahí, al igual que en Cabildo, la pastelería recoge recetas tradicionales chilenas. Hay chilenitos, empolvados, canutillos de lúcuma, palmeras, príncipes y chumbeques, esos dulces típicos del Norte Grande. Tampoco están ausentes las famosas tortas curicanas y el entrañable brazo de reina, que aquí lleva murtillas de la X Región.
Si sus niños son de gusto más salado, hay churrascas -tortillas hechas a la parrilla o sobre el brasero o el tostador- y pan amasado con salmón ahumado y queso crema. Por $ 15.000 ($ 7.500 los niños) puede repetirse cuantas veces quiera y tomar té o café ilimitados. Los pequeños disfrutarán de los dulces y de la sensación de visitar un cinco estrellas, mirar el ascensor panorámico del hotel y recorrer lo jardines llenos de plantas y árboles.
DIRECCIONES
MAZACCONE
DONDE: Gerónimo de Alderete 1603 TEL.: 224053668 HORARIO: Ma. a vi., 8.30 AM a 8 PM; sá. y do., 10 AM a 8 PM EST.: En calles aledañas, gratis.
7 ALCES
DONDE: Nueva Costanera 3668 TEL.: 228913238 HORARIO: Lu. a vi., 8.30 AM a 8.30 PM; sá. y do., 10 AM a 8.30 PM EST.: En calles aledañas, gratis.
CABILDO
DONDE: Constitución 195 TEL.: 227350557 HORARIO: Lu. y do., 7 AM a 4 PM; ma. a vi., 6.30 AM a 11.30 PM; sá., 7 AM a 11.30 PM EST.: En calles aledañas, con propina.
GRAND HYATT SANTIAGO
DONDE: Av. Kennedy 4601 TEL.: 229501234 HORARIO: Mi. a sá., 4 PM a 7 PM (hora del té) EST.: En el hotel,