Ante la mirada incrédula de críticos de cine y organizaciones feministas, hace dos años, específicamente en junio de 2020, la película polaca 365 dni, o 365 días, se convirtió en la película más vista a nivel global.
La cual, mezclando suspenso, drama y erotismo, primero conquistó a su país de origen, para luego transformarse en un fenómeno de audiencia vía Netflix. Por lo que no fue extraño que tuviera una secuela.
La que, titulada 365 días: aquel día, debutó en abril de este 2022 con la continuación de la historia de Laura (Anna Maria Sieklucka) y Massimo (Michele Morrone), la joven polaca y el mafioso que la conquistó.
Quienes tras un inicio marcado por un secuestro, mucho sexo y peligro, se casaron en la esa segunda cinta. La cual, también basada en las novelas de Blanka Lipińska, continuó con la sensualidad y el misterio.
Y nuevamente se transformó en un éxito entre los usuarios de la plataforma de streaming con una trama que añadió un nuevo y atractivo hombre a la vida de una confundida Laura: Nacho (Simone Susinna).
Al cual conoció como jardinero en su propia casa y luego le brindó ayuda cuando ella escapó de su marido, tras descubrir a Massimo con su ex novia. Pero también surgió otra pieza en la trama: Adriano.
La crisis se hace presente
El desconocido gemelo del mafioso -encarnado por el mismo Morrone- que llegó para apoderarse del puesto de su hermano, provocando un fatal desenlace con Laura gravemente herida.
Y es precisamente poco después de ese cierre de la secuela, que la tercera cinta –365 días más- retoma los hechos. Cuando no se sabe bien qué pasó con Laura y Massimo asiste a un entierro en Sicilia.
Donde se despeja la duda: el funeral es de Adriano y no de la joven polaca, quien solo desea seguir con su vida. Pero el drama retorna al confesarle a su esposo que perdió a su bebé en el ataque de la primera cinta.
A lo que se suma el que Nacho reaparezca y la haga replantearse todo cuando está en un viaje junto a su amiga Olga (Magdalena Lamparska) en Portugal; además de inspirarle muchos sueños eróticos.
Ya que mientras Laura y Massimo enfrentan un gran desencuentro, el sexo sigue siendo otro protagonista más del relato, a veces de manera muy forzada y siempre acompañado de una balada romántica.
Lo que seguramente hará de esta película otro éxito de audiencia para Netflix, a pesar de sus carencias argumentales y dramáticas. Aunque hay que reconocer que su fotografía y ambientación son las mejores de la trilogía.