Fue en 2019 que llegó a Netflix la comedia juvenil A mi altura, donde una secundaria de Nueva Orleans era el escenario principal de la aventura agridulce de Jodi Kreyman (Ava Michelle), una chica que por su altura era blanco de las burlas de sus compañeros.
Quien a los 16 años medía 1.87 mts y debía soportar a diario preguntas del tipo “cómo está el clima allá arriba” o que la conversación con un joven terminara abruptamente cuando ella decidía pararse. Pero una luz de esperanza surgió con la llegada de un nuevo alumno.
Este era el estudiante sueco Stig Mohlin (Luke Eisner), quien era tan atractivo como alto. Sin embargo, pronto se convirtió en novio de la chica más popular, ante la triste mirada de Jodi y la alegría de su amigo y eterno enamorado Dunkleman (Griffin Gluck).
A lo que siguieron momentos esperanzadores y otros más deprimentes, con un cálido final donde la heroína encontró el verdadero amor y aprendió a aceptarse tal y como era. En una cinta que entretuvo a algunos, pero también despertó el enojo de otros.
Los cuales hicieron notar que la película era poco consciente de sí misma, en medio de un mundo real donde los adolescente muchas veces deben enfrentar conflictos más serios. Por lo que es un tanto sorprendente que hoy debute en el streaming su secuela.
Pero quizás haciendo caso a las críticas, A mi altura 2 llega enfocada en una Jodi menos preocupada en lo físico y más consciente de los problemas que arrastra su recién ganada popularidad. Sin olvidar los pequeños baches en su camino romántico.
Una renovada actitud y nuevos conflictos
Un relato que se inicia tres meses después de la cinta anterior, cuando Jodi y Dunkleman, o Dunk, son novios y él, obligadamente, dejó de usar su caja de leche para estar a la altura de su pareja. La cual ahora disfruta de ir a su escuela y ser una alumna popular.
Una actitud renovada que la hace aún más atractiva y la impulsa a postular para audicionar para la puesta en escena del musical Bye bye birdie, bajo la mirada de aprobación de Dunk y su mejor amiga desde la infancia, Fareeda (Anjelika Washington).
Y es en la audición de la obra que la película aprovecha de hacer un pequeño mea culpa, cuando una de las profesoras le hace notar a la protagonista que el ser alto no es un “verdadero problema”. A lo que rápidamente se vuelve a la realidad en pantalla.
Donde se sabe que su hermana, Harper (Sabrina Carpenter), ha conseguido trabajo, ante la alegría de sus padres, Helaine (Angela Kinsey) y Richie (Steve Zahn). Pero pronto el foco vuelve a Jodi quien, como es de suponer, consigue el papel principal del musical.
Sin embargo, aparece una voz en su cabeza que la atormenta, su némesis Kimmy (Clara Wilsey) está decidida a hacerle la vida imposible y no puede dejar de sentirse atraída por Tommy (Jan Luis Castellanos) luego de pelear con su novio.
Sin olvidar la aparición de la también rubia y alta hermana de Stig, Stella (Johanna Liauw), en una sucesión de malentendidos y confusiones sentimentales, que guían a A mi altura 2 por la comedia romántica juvenil más clásica y la hacen más ágil que su antecesora.