Los primeros en conocer a Lara Jean Covey fueron los lectores de A todos los chicos de los que me enamoré, la novela inicial de la trilogía escrita por Jenny Han. Luego, se sumaron los espectadores de la cinta homónima de Netflix inspirada en ese libro, que se convirtió en una exitosa trilogía y que tiene un nuevo capítulo A todos los chicos: para siempre.
La película original, de 2018, no fue solamente bien recibida por el público, sino que también por la crítica especializada, llegando a obtener un 95% de aprobación en el sitio web de reseñas Rotten Tomatoes. Todo gracias a su entretenida y romántica historia.
En ella la actriz Lana Condor se transformó por primera vez en Lara Jean, una tímida adolescente que vivía junto a su padre viudo, el obstetra Daniel Covey (John Corbett), y sus dos hermanas, Margot (Janel Parrish) y Kitty (Anna Cathcart), en Portland, Oregon.
Las cosas seguían su curso en calma, entre ellas el amor secreto que sentía por su mejor amigo y novio de Margot, Josh (Israel Broussart), hasta que Kitty descubrió cuatro cartas que Lara Jean escribió a los chicos que le habían gustado a través de los años y las envió.
Esto puso en marcha varios entuertos que culminaron con ella y Peter (Noah Centineo), uno de los destinatarios de sus cartas, haciéndose pasar por novios para que él lograra sacarle celos a su ex, Gen (Emilija Baranac), coincidentemente la antagonista de Lara Jean.
Lara Jean retorna a la pantalla
Como se podía esperar, los jóvenes terminaron enamorados y ad portas de una segunda aventura fílmica. La que, bajo el título de A todos los chicos: P.D. Todavía te quiero, debutó por Netflix en 2020 para mostrar a Lara Jean y Peter un tiempo después de la cinta original.
Cuando enfrentaron su primer San Valentín y la inseguridad de su relación, especialmente después de la aparición de otro destinatario de sus cartas: John Ambrose (Jordan Fisher). Al mismo tiempo que el Dr. Covey comenzó una relación con su vecina, Trini (Sarayu Blue).
Una realización que ya no tuvo en la dirección a Susan Johnson, sino que a Michael Fimognari, y que mantuvo a su público cautivo, sin lograr el nivel de su predecesora. A pesar de esto, es el mismo Fimognari quien asumió la realización de la tercera cinta.
Un largometraje titulado A todos los chicos: para siempre, basado en la novela que cierra la trilogía de Han -Para siempre Lara Jean-, que llega a Netflix con un relato que se inicia lejos de Portland. En Seúl, la capital de Corea del Sur hasta donde han viajado los Covey.
Un reencuentro con el lugar de origen de su madre desde donde Lara Jean llama a Peter para reafirmar su romance, mientras otros integrantes de su familia también se encuentran con el amor. Con su papá afianzando su relación con Trini y Kitty conociendo a un chico coreano.
Enfrentando nuevas decisiones
Pero al volver a casa, unas pequeñas nubes aparecen en el casi perfecto mundo de Lara Jean, cuando no la aceptan en la Universidad de Stanford, a la cual, como tenía planeado, iría con Peter -becado allí como jugador de lacrosse- al culminar la secundaria.
Algo que sucederá en pocos meses, pero antes deberán experimentar otros momentos y desafíos. Como el viaje que los casi graduados realizan a Nueva York, donde nuestra protagonista se enamora de dicha ciudad y su universidad.
Además del próximo baile de graduación -al que la mejor amiga de Lara, Christine (Madeleine Arthur) acepta ir con Trevor (Ross Butler)- y también el matrimonio de su papá y Trina, que las chicas Covey decidieron organizar en la casa familiar.
Así, entre cierres e inicios, A todos los chicos: para siempre muestra el primer paso de sus protagonistas a la vida como adultos, entrando o no a la universidad que más les gusta y teniendo que enfrentar decisiones que pondrán a prueba su relación.
Una aventura donde están nuevamente presentes la emoción del primer amor y la química de sus protagonistas -junto al encanto de secundarios como Kitty-, que hace de la tercera cinta con las vivencias de Lara Jean un imperdible para los adolescentes y los jóvenes de corazón.