A través de mi ventana: la sensual mirada de Netflix al éxito juvenil de Wattpad
La historia creada por la venezolana Ariana Godoy llega al streaming convertida en una película hecha en España, que lleva a la pantalla la historia de Raquel y su obsesión con su vecino Ares, en un relato marcado por el erotismo.
Desde que se lanzó en 2006, Wattpad se ha convertido no solo en un sitio de encuentro para escritores y lectores, sino que en el lugar de origen de películas de Netflix; desde la popular El stand de los besos, pasando por Anónima, hasta A través de mi ventana.
La última cinta basada en un texto publicado en dicha plataforma, en su caso la historia creada por la venezolana Ariana Godoy, que primero fue conocida por su entrega por capítulos a través de internet y luego en versión física como libro de Alfaguara.
Y hoy llega como la flamante nueva película del catálogo de producciones españolas del servicio de streaming, dirigida por Marçal Forés y ambientada filmicamente en Barcelona, donde se introduce a Raquel (Clara Galle) cuando está en su taller de literatura.
La joven protagonista de A través de mi ventana, un relato que difiere un tanto de lo que se conoció originalmente en Wattpad -como que ya no tenga un perro como mascota y que las características físicas de sus personajes sean distintas-, pero conserva la esencia de la narración.
En la que está chica de 17 años vive en una casa normal que está rodeada por la inmensa propiedad de los Hidalgo, una familia que es dueña de la gran empresa Alpha 3 y con la que no cruza palabra, aunque sabe todo sobre los tres hijos de la misma.
Los que poseen nombres de deidades griegas: el mayor Artemis (Eric Masip), quien trabaja junto a su padre; el menor y más simpático Apolo (Hugo Arbues), y Ares (Julio Peña), el hermano del medio y la obsesión (¿amor?) desde la infancia de Raquel.
Entre la fijación y el romance juvenil
Pero es la conexión a internet que ella posee en su casa la que, irónicamente, la conecta con los Hidalgo. Primero con Apolo, cuando lo ve en su patio con un laptop y él le agradece por haberles prestado la clave del wifi, algo que ella claramente no hizo.
Pronto descubre que fue Ares, gracias a sus habilidades como hacker, quien descubrió la clave y algunas cosas más sobre Raquel, en especial su obsesión con él, que la lleva a conservar en su computador muchas fotos que el chico subió a sus redes sociales.
Sin embargo, en vez de avergonzarse, enfrenta a Ares y acepta su fijación, asegurando además que ella será lo mejor que le ha pasado, dejando en claro que es menos inocente de lo que aparenta. Algo que ratifican sus posteriores encuentros muy íntimos.
Un descaro que todavía no puede superar la barrera de chico malo del protagonista, que otorga a las primeras reuniones de la pareja protagónica ese halo de relación tóxica que caracteriza a muchas historias recientes dirigidas al espectador adolescente.
Una actitud de Ares que, como se sabe más tarde, nace de un trauma conectado con sus padres, pero que no logrará que Raquel deje de tratar de conquistarlo; aunque en el camino salga “herida”, como se lo hace ver su mejor amigo Yoshi (Guillermo Lasheras).
Todo en medio de una trama que contrapone la cálida relación de Raquel con su madre con el frío trato entre los Hidalgo. Al mismo tiempo que diálogos muy predecibles se complementan con eróticas escenas, claramente enfocadas en el público juvenil.
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