Parece que fue ayer que Aggretsuko llegó a Netflix y comenzó a escribir una refrescante página en el mundo del anime con las aventuras de la rabiosa panda roja Retsuko.
Las que tienes como creador al animador Rarecho -como Aggressive Retsuko– y debutaron en 2018, mostrando las vivencias de esta joven desde que entró a trabajar.
Así, a lo largo de ya cuatro ciclos, los seguidores de la entretenida serie animada fueron testigos de cómo Retsuko primero enfrentó a su sexista jefe Ton en su labor como contadora.
Un personaje que literalmente la hacía hervir la sangre, pero que soportaba cantando death metal en un karaoke o imaginando que lo hacía cada vez que confrontaba injusticias.
Como cuando fue su colega Anai la acusó de ser abusiva o lidió con los problemas de ser parte de Las Chicas OTM, una banda de chika aidoru o ídolos underground.
Para al término de una cuarta temporada, marcada por lo más sentimental, comenzar una relación con Haida, su inseguro colega hiena que por años estuvo enamorado de ella.
La vida de Haida y Retsuko como pareja
Mismo punto en que se inicia la última entrega del espacio, cuando Retsuko y Haina son novios, y él continúa cesante, ocupando el tiempo libre en videojuegos.
Una situación incómoda que empeora cuando su hermano Jiro le pide al joven desempleado dejar el departamento familiar que habita, porque quieren arrendarlo.
Lo que lleva a Haida a hacer de un café con internet su refugio, mientras Retsuko, desconociendo que no tiene casa, comienza a sospechar de que tal vez la engañe con otra.
Sin embargo, la intervención de amigos como Fenneko y Anai logra reunirlos y que terminen compartiendo departamento, mientras Haida trabaja en un supermercado.
Pero falta algo inesperado: que la protagonista se convierta en la candidata del Partido de la Ira en la Cámara de Representantes, teniendo como promotor a su novio.
En un ciclo final de Aggretsuko que combina el plano amoroso de Haida y Retsuko con política y problemas sociales, manteniendo su particular humor y personajes entrañables.