Al borde: la serie de Netflix que refleja con humor los conflictos de cuatro amigas de la mediana edad
Julie Delpy es la creadora y una de las protagonistas del espacio coproducido por Francia y EE.UU. que muestra las diferentes vivencias de un grupo de mujeres de la ciudad de Los Angeles.
Fue gracias a su rol de Céline en Antes del amanecer que la actriz Julie Delpy se hizo mundialmente conocida. Un cuarto de siglo después, la francesa llega a Netflix en Al borde, serie original de la plataforma donde despliega las diferentes facetas de su actual carrera.
Estas son las de guionista, productora, realizadora y protagonista de una apuesta coproducida entre Estados Unidos y Francia, que muestra las experiencias de cuatro amigas de Los Angeles que, entre los 40 y 50 años, afrontan diferentes conflictos.
Y la serie aborda sus penas y alegrías a lo largo de 12 capítulos -de media hora de duración cada uno-, donde se mezcla la comedia con el drama para mostrar las vivencias de Justine (Delpy), Ell (Alexia Landau), Ann (Elisabeth Shue) y Yasmin (Sarah Jones).
La primera es una chef francesa que escribe un libro de recetas, está casada con el desempleado Martin (Mathieu Demy) y es madre de un preadolescente; mientras la segunda es mamá de tres niños de diferentes parejas y siempre tiene problemas económicos.
En tanto Yaz es madre y dueña de casa, pero sueña con volver a trabajar, al mismo tiempo que lidia con la inseguridad y los ataques de pánico; y Ann ha logrado consolidarse en el mundo del diseño de ropa y casi siempre come gomitas dulces que contienen marihuana.
Cuatro diferentes personalidades que desde hace un par de décadas comparten una amistad a toda prueba, que les permite confrontar los aprietos que van apareciendo de forma más constante de lo que el espectador supone en el inicio de la narración.
Pequeños y grandes problemas
Una sucesión de pequeñas grandes dificultades que le confieren Al borde un sabor agridulce al poco andar su relato. Como que Justine sea una fuente casi infinita de paciencia, no solo al mando de la cocina de su reconocido restaurante Chez Justin.
Es en casa donde su estoicismo es puesto a prueba casi constantemente, ya que Martin siempre tiene alguna queja sobre el viejo y enfermo gato de su esposa o el que el hijo de ambos, el pequeño Oliver (Dake Cutler), sea más estadounidense que francés.
Al mismo tiempo que Yasmin siente que su matrimonio está al filo del quiebre, a pesar de los intentos de su marido, Will (Timm Sharp) de confirmarle lo contrario, por lo que sus amigas son las únicas que pueden sacarla de sus crecientes momentos de depresión.
Sin olvidar a Ell y su “lucha” por mantener a sus tres hijos, al mismo tiempo que cuestiona sus decisiones amorosas del pasado, y Ann trata de que a su hijo no le guste tanto de la moda femenina a instancias de su preocupada pareja, George (Troy Garity).
Varias de las tribulaciones que son el eje de Al borde e inspiran inconscientemente lo que Justine escribe en su libro, que tiene más de reflexión -con metafóricas referencias sobre lo que ve y experimenta cada día- que de ingredientes para los platos.
Cuyo escenario es un EE.UU. donde no existe pandemia, aunque sí personas sin techo y la creciente aceptación de diferentes géneros, razas y preferencias sexuales. Algunos de los tópicos que inspiran opiniones al filo de lo correcto por parte de sus protagonistas.
Detalles que pueden incomodar al espectador, reflejando tal vez la mirada europea de parte del equipo realizador del espacio, pero que puede superarse gracias al talento de sus actrices al hacer que sus abrumados personajes generen empatía en el público.
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