Como un regalo anticipado de Navidad para los seguidores del manga, Netflix estrena Alice in Borderland, serie que lleva a la pantalla la historieta homónima de Hara Aso y cuya adaptación fue anunciada hace más de un año por la plataforma de streaming.

La que finalmente debutó con ocho capítulos que muestran en acción real lo conocido en el trabajo de Aso, que se popularizó por su serialización en Shōnen Sunday Comics y que muestra a un grupo de jóvenes que debe sobrevivir en una inusual versión de Tokio.

Todo se inicia con el ex universitario Ryohei Arisu (Kento Yamazaki) ocupando sus horas libres en los videojuegos, hasta que decide irse de casa y busca refugio con sus mejores amigos, Daikichi Karube (Keita Machida) y Chōta Segawa (Yûki Morinaga).

Cuando se reúnen y caminan por la ciudad, Arisu desea vivir en un lugar nuevo. Lo que no espera este chico, cuyo apellido en japonés se traduce Alice, es que su petición se cumpla y, emulando a la protagonista del libro de Lewis Carroll, aparezca en otro mundo.

Un lugar que no es el País de las Maravillas y al que no ingresa por la madriguera de un conejo, sino que a través de los baños de la Estación de Trenes de Shibuya. Un Tokio inusualmente vacío, que comienza a descubrir en compañía de Karube y Chōta.

Y tras la impresión inicial, exploran esta inquietante versión de la capital nipona, donde al caer la noche una pantalla publicitaria les da la bienvenida a un juego que comenzará en instantes. El mismo donde deberán superar diferentes pruebas para sobrevivir.

Manteniéndose con vida

La primera de ellas se efectúa en el edificio GM y se denomina Vida o Muerte. Pero no están solos, ya que también aparecen una escolar y la ejecutiva bancaria Shibuki (Ayame Misaki), junto a las que deberán elegir entre distintas puertas, con un tiempo límite.

Algo que consiguen los tres amigos -aunque Chōta resulta con una pierna quemada-, junto a Shibuki, obteniendo una visa de tres días antes deque los eliminen. Mientras, de forma paralela, el relato introduce a la escaladora llamada Yuzuha (Tao Tsuchiya).

La misma que pronto se cruza con Karube y Arisu, quienes han ido solos a la siguiente etapa del juego -como práctica y para encontrar un médico para Chōta-, en la que deben huir de “la cosa” y salir de los Apartamentos Toei antes de que explote una bomba.

Desde ese momento, en Alice in Borderland los jóvenes, y otros jugadores que van apareciendo repentinamente, deben enfrentar nuevos tramos de la mortal competencia, siempre relacionados con una carta de naipes y una pinta y un número diferentes.

Un juego que pone a prueba las capacidades físicas y de raciocinio de sus participantes, además de su amistad y sentido de sacrificio; y que también evidencia la gran habilidad de Arisu en los videojuegos y en la resolución de problemas lógicos.

Y aunque el nivel de violencia de Alice in Borderland no la hace apta para un público masivo, la serie es una atrapante alternativa para los seguidores del manga y todo el que quiera ser testigo de este mortal y adrenalínico reto con el sello de Netflix.

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