Si eres de los que no te tolera el azúcar de las comedias románticas, puedes salir corriendo ahora mismo, porque Amor garantizado tiene todos y cada uno de los ingredientes y clichés del género: unos protagonistas apuestos, romance, humor, una que otra complicación y hasta un final feliz.
Hasta posee una canción que identifica a la pareja de turno, que aquí es ese hit ochentero de Tiffany llamado I think we´re alone now, que suena cada vez que la protagonista de esta nueva rom-com de Netflix se sube a su viejo auto. Eso, porque el caset se quedó atascado en la casetera.
Un tema que la abogada Susan Whitaker (Rachel Leigh Cook) ama y odia a la vez, y que la acompaña cada vez que va a su trabajo, una pequeña oficina en Seattle de la que es dueña.
Ahí trabaja junto a sus dos asistentes, Denise (Lisa Durupt) y Roberto (Sean Amsing), aunque últimamente el negocio no va bien y el dinero escasea. Tanto, que tienen que deshacerse del dispensador de agua.
Pero la suerte de la oficina de Susan parece cambiar cuando un día llega Nick Evans (Damon Wayans Jr), un terapueta que va por un inusual caso: desea demandar a una app de citas porque no encontró el amor.
Según Nick, la empresa Amor Garantizado promete que hallarás el amor dentro de las primeras mil citas. Pero él no lo encontró y por eso pedirá una compensación económica.
El romance está garantizado
Sí, efectivamente Nick tuvo las mil citas y según su recuento, en ellas se encontró con todos los tipos de mujeres posibles: la que vive con mil gatos, la que lo quería solo para ir a una boda y hasta la que llegó al encuentro con sus padres.
Un caso bastante particular, pero que Susan decide tomar porque podría traerle los ingresos que tanto necesita su oficina. Eso, pese a que deberá enfrentarse a la millonaria empresas de citas y su poderoso staff de abogados.
No será un caso fácil de ganar, porque la firma sacará todas sus armas, incluso si eso significa tener que investigar al demandante.
Pero no le encuentran nada porque Nick, todo un seductor, parece un hombre bueno y honesto. Tanto, que planea donar el dinero de la demanda si es que gana.
Parece la pareja ideal para la guapa y adorable Susan, quien está soltera, así que más o menos pueden adivinar lo que se vendrá.
Así, con unos protagonistas fáciles de querer, mucho azúcar y unas bonitas postales invernales de Seattle, Amor garantizado pasa a sumarse a la lista de buenas comedias románticas que están en el catálogo de Netflix.