Son 14 minutos de puro goce visual y auditivo lo que acaba de estrenar Netflix. Se titula Anima, mismo nombre que lleva el nuevo disco de Thom Yorke, también recién salido del horno. Un trabajo audiovisual dirigido por Paul Thomas Anderson (Magnolia, El Hilo Fantasma, Boogie Nights) con tres canciones del álbum del líder de Radiohead: Not the News, Traffic y Dawn Chorus.
Anderson no es un advenedizo en el mundo del videoclip. Ya había hecho algunos para Haim, Fiona Apple (su ex pareja) y Radiohead. Esta vez logra un trabajo delicado y bello, en que las coreografías del belga-francés Damien Jalet son las protagonistas, con Yorke a la cabeza de un grupo de bailarines que repite movimientos aletargados y espasmódicos.
Este viaje musical comienza con el personaje de Thom Yorke en el metro, rodeado por un montón de otras personas que se mueven a la vez, aparentemente aletargadas por la rutina y el peso de la vida diaria, dominada por la tecnología, la poca imaginación, la repetición y la automatización.
A una de las chicas que va en el tren se le queda una especie de lonchera y es el personaje del músico el que la recoge para entregársela, elemento que da paso a las siguientes escenas del corto, en que esa simple tarea se transforma en una hazaña para este tipo que sólo quiere devolver esa maletita a su dueña y, de paso, reencontrarse con ella y entablar una conexión.
Yorke, músico y actor
Thom Yorke entrega no sólo un puñado de canciones brillantes y envolventes, sino también una actuación sólida como protagonista de este corto audiovisual, generoso con sus expresiones y entregado al baile y a los movimientos que demanda la coreografía.
Anderson es el responsable de un trabajo impecable, con la ensoñación propia de las composiciones del vocalista de Radiohead y con las locaciones perfectas para una historia así, con Praga como escenografía perfecta para la parte final y más romántica del clip.