Una vez más la venganza se convierte en el motor de una trama fílmica, en este caso la de la película polaca Atrapaalmas que llega a Netflix como una de sus cintas de acción y suspenso.
La que dirige Daniel Markowicz, quien es además co-guionista con Dawid Kowalewicz, y suma a su violento recorrido varias cuotas de ciencia ficción.
Ya que su relato se mueve en torno a una extraña arma que puede controlar la voluntad de las personas que afecta, convirtiendo a cualquiera en un asesino sin control.
Entre los que al inicio del relato se cuenta Piotrek (Michał Burdan), el hermano de Robert Kieł (Piotr Witkowski), un ex integrante de las fuerzas especiales que labora como mercenario.
Hasta que es testigo de cómo, en una misión lejos de Polonia, Piotrek es afectado por el mencionado aparato y lo ataca, viéndose obligado a eliminarlo en defensa propia.
Un dispositivo que, como le explica el funcionario gubernamental para el que trabaja, fue creado por el profesor Mazur (Jacek Poniedziałek) para curar originalmente el cáncer.
La nueva misión para Kieł y compañía
Sin embargo, hoy la invención de Mazur forma parte del arsenal en manos del General Yousif Bashir Mammadov (Mariusz Bonaszewski), el peligroso caudillo de un país desconocido.
El que con la ayuda forzada del científico busca vender el arma, al mismo tiempo que Kieł recibe la tarea de detenerlo, apoderándose del aparato y matando a Mazur junto a su equipo.
El cual está compuesto por viejos camaradas como el piloto Krzysztof (Sebastian Stankiewicz) y Ania (Aleksandra Adamska), además del Sargento Prochyra (Mateusz Rzezniczak).
Los que llegan a suelo enemigo a ejecutar su misión, sumando a su cometido a la propia hija de Mazur, Elisa (Michalina Olszańska), quien trata de que su padre sea liberado sano y salvo.
Un plan que Kieł encara no solamente movido por lo profesional, ya que también le permitirá vengar la muerte de su hermano, al mismo tiempo que pone en práctica su talento con las armas.
Aunque una traición cambia por completo el objetivo de los personajes que van quedando vivos hacia el final de Atrapaalmas, una cinta solo para fanáticos de la acción y el suspenso.
Porque su guión confuso, ambientación de mínimos recursos y actuaciones poco convincentes -en especial el débil rango dramático de Witkowski-, le resta atractivo ante el resto de la audiencia.