Al igual que a muchas otras películas, la pandemia obligó a suspender el estreno en cines, en octubre pasado, de Bajocero. Sin embargo, tras unos meses de espera, el primer largometraje del cortometrajista español Lluís Quílez finalmente debuta por Netflix.
Y es a través de la plataforma que el público puede conocer esta mirada española al subgénero de cintas sobre traslados de presos -que tiene entre sus inolvidables ejemplos a Con air: riesgo en el aire-, cuyo relato se ambienta durante una muy fría noche de invierno.
El momento elegido por las autoridades penales para el traslado de media docena de convictos, entre los que se cuenta un capo mafioso rumano. Esta se realizará en un camión policial, acondicionado con celdas individuales, que escoltará una auto patrulla.
Pero antes los policías a cargo, Martín (Javier Gutiérrez) y Montesinos (Isak Férriz), que no llevan celulares por motivos de seguridad, deben revisar a los reos -de diferentes edades y personalidades- para su cambio de prisión.
Luego se inicia el viaje por una carretera desierta, con Martín como conductor y Montesinos vigilando a los presos en la parte trasera. Pero las cosas empiezan a empeorar luego de que surge una espesa niebla y se dificulta la visibilidad del camino.
Poco después, Martín pierde la comunicación con la patrulla que los antecede y además las ruedas del camión son pinchadas por algo en medio del camino -antes un desconocido había puesto una cadena con púas-, haciendo casi imposible para él controlar el volante.
A merced de un peligro desconocido
Al detenerse, Montesinos decide salir a investigar qué pasó con la patrulla. Al pasar unos minutos y no saber de la suerte de sus colegas, Martín sale al frío exterior para descubrir que todos murieron, después de que los atacara quien ahora le dispara a él.
Tras ser herido, el policía retorna al camión, donde las cosas tampoco van bien. Uno de los criminales, Ramis (Luis Callejos), logró de su celda, mientras el resto comienza a impacientarse por lo que ocurre afuera y que piensan se relaciona con el mafioso rumano.
Sin embargo, quien está en el exterior no fue en busca de este último, sino que por un joven llamado Nano (Patrick Criado). Ese hombre decidido a todo, y que no duda en usar su escopeta, se llama Miguel (Karra Elejalde) y está empeñado en “hacer justicia”.
Así, con Martín y el grupo de presidiarios que queda -ya que algunos mueren en diferentes circunstancias- tratando de llegar a un acuerdo con quien los amenaza sin saber bien porqué, se comienza a dibujar un relato donde el suspenso es preponderante.
Donde poco a poco se van revelando verdades sobre sus personajes -entre ellos los crímenes que cada uno cometió- y la tensión se intensifica. Aún más cuando se ve que Montesinos está vivo, aunque muy mal herido y va en busca del camión penitenciario.
Lo que convierte a Bajocero en un convincente y atrapante thriller psicológico, que se complementa con violencia, acción y un solvente elenco de actores. Y en otro título de Netflix que confirma el buen nivel de las producciones españolas.