Barracuda Queens: la serie juvenil de Netflix en que la amistad se mezcla con el crimen
Camilla Ahlgren es la creadora del ágil espacio sueco de seis emisiones que muestra cómo un grupo de jovencitas de un acomodado barrio de Estocolmo decide robar a sus vecinos.
Desde su fundación a fines del siglo XIX, Djursholm se convirtió en refugio de las familias más ricas de Estocolmo, para hoy, muchos años después, ser el escenario de Barracuda Queens.
La serie nórdica de Netflix que se ambienta en el acomodado sector de la capital sueca, para ser el entorno de las arriesgadas vivencias de las jóvenes protagonistas de sus seis emisiones.
Las que tienen como creadora a Camilla Ahlgren y se mueven entre el drama y el suspenso para mostrar la historia de un grupo de amigas que decide robar para mantener su estilo de vida.
En un espacio que se destaca por su ritmo, ambientación y fotografía, a pesar de ser algo predecible, pero que claramente logrará conquistar al público juvenil al que apunta.
El cual se inicia con una breve escena ambientada en octubre de 1995, cuando cinco chicas son interrogadas en una estación de policía y parecen dudar de sus respuestas.
Las deudas que complican a las chicas
Pero pronto la trama va un tiempo antes, cuando las mismas chicas, Lollo (Alva Bratt), Mia (Tea Stjärne) y las hermanas Klara (Tindra Monsen) y Frida (Sandra Strandberg Zubovic), están en Båstad.
El balneario cercano a Estocolmo donde las amigas se toman bastantes copas demás, lo que hace que al otro día Klara inunde el baño del hotel antes de volver a sus casas en Djursholm.
Donde retornan a su rutina hasta que Klara recibe el cobro por los daños causados en el hotel y Lollo el estado de cuenta de su tarjeta de crédito con la gran cantidad que gastó en alcohol.
Sumas que las chicas conocidas como Barracuda Queens, por ser las reinas de la playa de ese nombre, no pueden pagar y las llevan a concretar un arriesgado plan para pagarlas.
El que es entrar a la casa de una familia recién llegada al barrio y robar las costosas joyas de la dueña de casa. Pero las descubre la hija de esta: Amina (Sarah Gustafsson).
Un grupo de cómplices que crece
Sin embargo, poco después ella misma se suma al resto de las muchachas en los robos que hacen a las casas de vecinos, donde además aprovechan de vengarse de ciertos personajes.
Como del amigo de su hermano de Lollo que se burló de ella o el pervertido esposo de la mujer que contrata a Mia en su casa. Pero pronto a la revancha la reemplaza la simple codicia.
Lo que lleva a las protagonistas a continuar apoderándose de las cosas de valor de los habitantes de Djursholm, mientras tras sus pasos está la agente Lena Lundqvist (Maria Kulle).
En una rápida sucesión de allanamientos, hurtos, unos pocos desencuentros entre las amigas y algunos conflictos entre los adultos, que mantienen la atención del espectador.
Aunque por momentos se echa de menos que la trama profundice en la parte más dramática de los hechos que involucran a sus jóvenes y arriesgadas protagonistas.
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