Beckett: John David Washington corre por su vida en el thriller de Netflix ambientado en Grecia
En la cinta producida por Luca Guadagnino, el actor interpreta a un turista estadounidense de viaje por tierras griegas, que se ve involucrado en una trama que mezcla suspenso y acción.
El pasado 4 de agosto se dio inicio la edición número 74 del Festival de Cine de Locarno y fue ni más ni menos que Beckett la cinta que abrió el reconocido certamen fílmico suizo, para hoy, unos pocos días después, debutar mundialmente a través de Netflix.
Una realización anclada en el suspenso y la acción, con un poco de drama, que dirige el italiano Ferdinando Cito Filomarino y produce Luca Guadagnino (Llámame por tu nombre), y cuyo relato tiene como escenario diferentes lugares de Grecia.
Y cuyas primeras imágenes muestran cómo una pareja disfruta de la belleza de sus paisajes. Ellos son Beckett (John David Washington) y April (Alicia Vikander), dos turistas estadounidenses que decidieron dejar Atenas para viajar por el norte del país helénico.
Pero los arrumacos y las visitas a las ruinas, además de inventarle historias a los que los rodean, llegan de improviso a su fin cuando él pierde el control del automóvil en que viajan y caen por un costado de la carretera, terminando su carrera al chocar con una casa.
Donde, al despertar, Beckett divisa un jovencito y una mujer que pronto desaparecen, para luego salir a duras penas del vehículo y ver que April yace muerta unos metros más allá. Después, él aparece en un hospital con su brazo enyesado y algunos golpes en el pecho.
Lugar en que una enfermera, que está acompañada por un policía, le confirma en un mínimo inglés que su pareja está muerta y él debe descansar porque ha sido sedado. Sin embargo, las cosas solo empeoran luego de que decide volver al sitio del accidente.
Un escape para continuar con vida
Es ahí donde una mujer le dispara y uno de los policías que conoció hace un momento, el que incluso se comunicó en inglés con él, también trata de eliminarlo y lo obliga así a correr por su vida. Confundido, el estadounidense logra escabullirse por las montañas.
Cuando cree que ha logrado escapar de quienes lo persiguen, el oficial de policía lo encuentra a bordo de un tren y lo esposa. Pero Beckett logra escapar nuevamente, llegando a una ciudad donde ve unos afiches en las murallas con la imagen de un chico.
Este es coincidentemente el mismo niño que vio tras el choque y, como le explican las mujeres que pegarin los carteles, es sobrino de un importante político local, llamado Karras, y lo raptaron sus adversarios de un grupo ultranacionalista.
En un momento que tanto Beckett y el espectador agradecen, ya que tras casi una hora de narración y de un escape casi sin sentido, aparece una luz sobre lo que se está desarrollando en pantalla. Pero todavía queda bastante por relatar.
Porque aún resta que se sume a la acción el personero de la embajada de Estados Unidos llamado Tynan (Boyd Holbrook), que viene a complicar un poco más la ya intrincada situación de Beckett, en medio de una Grecia marcada por la tensión política.
En una cinta que apuesta por el suspenso y la acción, aunque por muchos momentos sufre de falta de ritmo y posee algunos diálogos que están de más en este tipo de película. Sin embargo, su mezcla de conspiración y peligro hace que finalmente el espectador pase un buen rato.
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