Bellas Artes: la serie Star+ con un inusual gestor cultural y sus problemas en el mundo del arte
Oscar Martínez protagoniza la nueva apuesta de Gastón Duprat y Mariano Cohn (Nada) en el papel de Antonio Dumas, desde que asume la dirección del Museo de Arte Iberoamericano de Arte Moderno en Madrid.
Después de convertirse en referentes de Star+ con títulos como El encargado y Nada, Gastón Duprat y Mariano Cohn retornan a la plataforma con Bellas Artes.
La nueva serie de su autoría, junto al hermano del primero de ellos, Andrés, donde revisitan varios de los tópicos que son parte de sus realizaciones, partiendo con su protagonista.
Ya que el personaje principal de esta apuesta para el streaming es encarnado por Oscar Martínez, al que habían dirigido en las cintas El ciudadano ilustre y la Competencia oficial.
Quien acá interpreta a un personaje que tiene mucho en común con Manuel Tamayo Prats, el crítico gastronómico al que Luis Brandoni dio vida en Nada.
Una figura que en los cinco capítulos de ese espacio se ganó el corazón de la audiencia a pesar de las mañas y su facilidad para lanzar improperios a diestra y siniestra.
El personaje central de Bellas Artes
Algo que Duprat y Cohn trataron de repetir en Bellas Artes con Antonio Dumas, la particular figura central de una narración de seis episodios, pero sin los mismos resultados.
Ya que este historiador de arte y gestor cultural también posee una personalidad quisquillosa, de pensamientos anacrónicos y una clara apatía ante el mundo.
Pero, a diferencia de Tamayo Prats, nunca logra romper la barrera del desagrado o ganarse el favor del público con los chispazos de humanidad que presenta.
Algo que juega en contra de una trama que tiene divertidas referencias al mundo del arte y el esnobismo que por momentos en ella se respira, y que también posee buen ritmo.
Además de un incesante desfile de actores invitados después de que, como se muestra al inicio de la comedia, Antonio Dumas, asume la dirección del MIDAM.
Una complicada gestión cultural
El Museo de Arte Iberoamericano de Arte Moderno que Dumas comienza a administrar con dificultades desde el primer día, entre estas los contratos precarios de sus trabajadores.
Pero esencialmente con las muestras y los artistas, como un pintor algo mediocre que es un conocido de la Ministra de Cultura y no quiere desmontar su exposición.
A lo que se suma la muestra con un animal muerto de un joven chileno, interpretado por Jorge López (Elite), o la controversial estatua que está en la entrada del recinto.
Sin olvidar el plano personal del protagonista, donde mantiene una tensa relación con su único hijo Josep (Dani Rovira) y tampoco trata de mejorar la que tiene con su nieto.
En una seguidilla de desaguisados en torno al calmado, pero algo antipático Dumas, que se conocen a lo largo de seis rápidas emisiones con una subtrama diferente cada una.
Las que en su mayoría son atractivas y divertidas, por lo que Bellas Artes consigue hacer pasar un buen momento al espectador que no tiene reparos con su protagonista.
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