Tras el éxito de Dark, Netflix vuelve a apostar por una serie de suspenso alemana. Su nombre es Biohackers y deja de lado los viajes en el tiempo y los complicados vínculos familiares para enfocarse en un misterio relacionado con la investigación genética.
Su relato se inicia con una rápida y confusa escena, donde los pasajeros de un tren comienzan a presentar molestias que derivan en un ataque al corazón. Todo mientras una joven y su amigo tratan de prestarles ayuda médica de manera desesperada.
Esa chica se llama Mia Akerlund (Luna Wendler) y, con la trama ahora en el pasado, vemos que hace dos semanas llegó a estudiar a la facultad de Medicina de Friburgo, donde hace clases la Dra. Tanja Lorenz (Jessica Schwarz), una experta en investigación biotecnológica.
Pero antes de introducir al espectador aún más en los días de estudios de Mia, la historia presenta a sus singulares compañeros de departamento: Lotta (Caro Cult), Ole (Sebastian Jakob Doppelbauer) y Chen-Lu (Jing Xiang), una experta en biología y plantas.
Sin embargo, hay otra persona que será clave en lo que luego vivirá Mia: Jasper (Adrian Julius Tillmann), un estudiante que gracias a su talento se convirtió en el asistente de la Dra. Lorenz y ahora la ayuda tanto en la facultad como en su centro de investigaciones.
El mismo al que la muchacha se acercará por un supuesto interés romántico, pero que la ayudará a aproximarse al trabajo de Lorenz, quien -como algunos flashbacks ya lo ha revelaron- estuvo relacionada con la muerte de su hermano mellizo hace algunos años.
Para fans del suspenso
Así, con la muchacha cada vez más cerca de Jasper y por ende de la misteriosa investigadora, la serie se va adentrando aún más en la búsqueda por la verdad de Mia y develando poco a poco varios secretos sobre ella y quienes la rodean.
Pronto, en los primeros de sus seis capítulos, se sabrá que no se llama Mia Akerlund sino que Emma Engels y que junto a su hermano fueron parte de los primeros experimentos de Lorenz, y que también la doctora habría provocado el mortal accidente de sus padres.
Pero hay una pieza más en este rompecabezas. Su nombre es Niklas (Thomas Prenn), el amigo y compañero de casa de Jasper, que sabe de la enfermedad genética de este último y luego se transforma en compañero de la indagación de Mia-Emma.
Todo llevará a la chica a un nombre clave: Homo Deus, el título bajo el cual Lorenz ha archivado tanto los datos sobre ella y su hermano, como también búsquedas genéticas posteriores que servirían para librar al mundo de enfermedades en el futuro.
De esta manera comienza a acelerarse el ritmo de la narración, como también a hacerse cada vez más presente el misterio. Y, como es de suponerse, la protagonista y otros personajes deberán enfrentar un peligro que no terminará con su capítulo final.
Y si bien Biohackers no alcanza el nivel de producción o de singularidad del guión de Dark, se convierte en una interesante alternativa para todos los amantes del género del suspenso, y en la confirmación de Netflix como buena fuente de series que atrapan y entretienen.