Era supuestamente el título que daría inicio a la Fase 4 del Universo Cinematográfico de Marvel, pero la pandemia, una vez más, afectó su estreno original y Black Widow tuvo que esperar varios meses para llegar a salas de cine del país y a la plataforma de Disney+.

Un debut que viene a poner un merecido punto final a la historia de la figura femenina principal del grupo de paladines conocidos como The Avengers -sin desconocer la presencia posterior de Wanda Maximoff-, encarnada en pantalla por Scarlett Johansson.

La cual tiene como eje central la figura de Natasha Romanoff poco después de los hechos conocidos en Capitán América: Civil War, cuando la división entre los héroes provocó que el grupo se separara y algunos de ellos fueran buscados por Thaddeus Ross (William Hurt).

Sin embargo, Black Widow se inicia 21 años antes, en un sector de Ohio, cuando una niña se dirige en bicicleta de vuelta a casa, donde se reúne con su hermana menor y luego con su madre, quien les explica porqué brillan las luciérnagas entre los árboles.

Familia a la cual se une en la hora de la cena el padre, quien le comunica a su esposa que llegó el momento. Esto pone a Alexei (David Harbour), Melina (Rachel Weisz) y las pequeñas Natasha (Ever Anderson) y Yelena (Violet McGraw), en un acelerado viaje.

El reencuentro de Natasha con Yelena

El cual es más bien un escape desde suelo estadounidense y no concluye hasta que en una avioneta llegan a Cuba, donde los recibe el mejor amigo de Alexei, Dreykov (Ray Winstone), quien toma a las niñas y se las lleva con el consentimiento de su “padre”.

Lo real es que la familia no era tal, sino la fachada para que los espías rusos obtuvieran información para su país, por lo que al regresar a suelo natal disuelven al grupo y Natasha y Yelena pasan a ser parte del centro de entrenamiento conocido como Habitación Roja.

Pero la primera de ellas logró desligarse de esa organización, que manipula física y mentalmente a sus miembros, y, como el público ya lo sabe, ser parte de The Avengers y tener una nueva vida. Aunque ahora deba esconderse de Ross en un rincón de Noruega.

Donde gracias a Mason (O-T Fagbenle), Natasha (Johansson) vive en un remolque en medio de la naturaleza. Sin embargo, su calma termina cuando alguien que esconde su cara la ataca e imita su forma de pelear, y desea un paquete que le llegó por correo.

Cuyo contenido ella logra rescatar y llevar hasta Budapest, donde se reencuentra con alguien de su pasado que se lo envió: Yelena (Florence Pugh), su “hermana” y quien logró escapar del grupo de espías conocido como Viudas y entrenado en la Habitación Roja.

Peligros y lazos familiares

Y para encontrar a esta organización, y evitar que siga manipulando a más chicas, Natasha y Yelena deciden contactar a quien podría conocer la ubicación física del misterioso organismo: su antigua figura paterna Alexei, o Red Guardian, el primer supersoldado ruso.

Esto las llevará a una arriesgada aventura que las enfrentará a otras figuras de su pasado, como Melina y Dreykov -quien Natasha suponía haber eliminado-, mientras despliegan las habilidades para el combate cuerpo a cuerpo y con las armas en las que fueron entrenadas.

Pero en Black Widow no todo es acción, porque también clave son los lazos fraternales y familiares que en algún momento Natasha y Yelena tuvieron, y que sus duras existencias eliminaron. Y que poco a poco comienzan a aflorar en medio de su misión.

Un hecho esencial en la segunda película Marvel protagonizada por una mujer, después de Capitana Marvel (2019), y que tiene como su realizadora a la directora australiana Cate Shortland y como una de sus escritoras a Jac Schaeffer, la creadora de WandaVision.

A lo que se suma otro de sus ingredientes esenciales: su elenco, donde se destaca el trabajo de Florence Pugh como la valiente y a la vez ingenua Yelena, quien no duda en burlarse un poco de su hermana Natasha y de las poses que hace cuando pelea.

En un filme que viene a darle una necesaria mirada al mundo de las heroínas en pantalla, y que puede verse en la plataforma de Disney+ -a través de su Premier Access- y las salas de cine que funcionan en el país, en Iquique, Antofagasta, Viña del Mar, Chillán, Concepción y Punta Arenas.

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