La comedia ha sido el pilar de la carrera de Randall Park, desde sus días en la stand-up comedy, pasando por la famosa serie Fresh off the boat (o Los Huang), de ABC, hasta hoy con Blockbuster.
Una nueva apuesta por el sitcom para el actor estadounidense que lo pone a la cabeza de un espacio con la firma de Netflix, centrado en el último local de la empresa que el servicio hizo desaparecer.
Ya que para nadie es un secreto que la aparición del streaming y en especial su plataforma marcó el adiós de la cadena que surtió de películas a espectadores en diferentes rincones del mundo.
La cual revive tomando como inspiración la última sede ubicada en Oregon, que en la ficción de los 10 episodios creados por Vanessa Ramos (Brooklyn Nine-Nine) encabeza Timmy Yoon (Park).
El cinéfilo y siempre optimista gerente de una tienda Blockbuster que repentinamente se entera que los cuarteles principales de la empresa de arriendo de videos están siendo desmantelados.
Lo que pone a Timmy ante la disyuntiva de seguir o no con su local, donde trabaja un variopinto grupo de personajes, empezando por Eliza (Melissa Fumero), una antigua compañera de secundaria.
Salvando al último Blockbuster
La cual volvió a trabajar con Yoon después de separarse de su marido y siempre le ha gustado a su amigo-jefe, quien en estos años nunca se ha atrevido a declararle sus sentimientos.
Una gran atracción que ya ha sido notada por los otros empleados, el aspirante a director Carlos (Tyler Alvarez), la inocente Hannah (Madeleine Arthur) y la más madura Connie (Olga Merediz).
Sin olvidar a la joven Kayla (Kamaia Fairburn), quien además es hija de Percy (J. B. Smoove), el mejor amigo desde la infancia de Timmy y además dueño del local de su negocio.
Y también figura gravitante en las vivencias del protagonista, ya que siempre lo está presionando por el pago del arriendo y aprovechándose un poco de la buena voluntad de su paciente amigo.
Lo que se suma a los incansables intentos por sumar más clientes, mientras trata de declarársele a Eliza -la cual tampoco es indiferente a su presencia- y mantener felices a sus singulares empleados.
En la usual mezcla de malentendidos y extrañas situaciones que son parte de una serie de comedia, que en el caso de Blockbuster nunca llega a generar carcajadas, pero engancha al espectador más nostálgico.