“¿Cuántas mentiras, deformaciones y basura pondrán en la miniserie de Bolívar?”. Eso decía, antes de su estreno, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cuestionando Bolívar, una lucha admirable, que ya estrenó Netflix para toda Latinoamérica.
El protagonista de la serie, el actor venezolano Luis Gerónimo Abreu —que hace de Bolívar ya adulto— le contestó a través de los medios de comunicación que “primero tendrá que verla y después decir si le gusta o no”.
Lo cierto es que se trata de una producción de 60 episodios (más una telenovela que una serie) realizada por la cadena colombiana Caracol con la historia de Simón Bolívar, desde su infancia hasta su muerte. Un líder que formó un ejército para liberar de España a varios países de América, como Colombia, Venezuela, Bolivia y Perú.
La serie retrata los detalles de la muerte de su madre cuando aún era un niño, su tormentosa vida amorosa, la muerte de su primera esposa pocos meses después de casarse con ella y su apasionada historia de amor con Manuelita Sáenz.
Un prócer humanizado
Si para algunos es un personaje impoluto e intocable, al que se le debe mucho en términos militares y políticos, aquí se muestra a Bolívar en su faceta más humana: un héroe, pero también famoso por mujeriego, ególatra, porfiado y muchas veces manipulador.
Ese es el mérito de la producción, una, eso sí, que peca de grandilocuencia y de efectismo, con un guión simple y literal, que, sin embargo, se enreda con tanto salto temporal que sus directores (Luis Alberto Restrepo, Andrés Beltrám y Jaime Rayo) le imponen forzadamente a la serie.
Es una apuesta recomendable para los que quieren aproximarse a la vida del prócer, sobre todo para aquellos que tienen la paciencia de ver los 60 capítulos de la producción, cada uno de cerca de una hora.
Para el resto, dudas, porque a pesar de que se grabó en decenas de ciudades colombianas y españolas, y de sus aires de súper producción a lo “gringo”, no le alcanza para llegar a ese nivel. La altitud de Bolívar, una lucha admirable es más bien telenovelesca.