Luego de protagonizar la exitosa cinta A todos los chicos de los que me enamoré, y sus dos secuelas, Lana Condor vuelve a encarnar a una aproblemada adolescente en la comedia con algo de paranormal Boo, Bitch.
La miniserie creada para Netflix por Tim Schauer, Kuba Soltysiak, Erin Ehrlich y Lauren Iungerich, que en su primera y única temporada de ocho episodios hace que Condor retorne a los pasillos y salas de una secundaria.
Pero ya no bajo la piel de Lara Jean Covey, la tímida estrella de la trilogía A todos los chicos, sino que como Erika Wu, otra joven, también muy tímida en un comienzo, que enfrenta su último año escolar.
El que junto a su mejor amiga Gia (Zoe Margaret Colletti) encara a través de una trama donde, como toda producción juvenil merece, se hacen presentes el romance y las dificultades de pasar a la adultez.
Además de elementos claves relacionados con la amistad, el bullying y el hecho de que al parecer está muerta, como sorpresivamente la misma Erika lo revela a los espectadores en los primeros minutos de la serie.
Cuando muestra cómo por debajo de un gran alce muerto se asoman los pies de una chica, también fallecida, y la presenta como ella misma, para que luego el relato se traslade a horas antes del accidente.
El paso a otra vida
Al momento en que Erica y Gia están en su colegio y deciden ir a la fiesta de esa noche, a pesar de que no estaban incluidas en el chat grupal del último año de secundaria donde la dieron a conocer.
Una falta de popularidad que las afecta desde siempre, que en el caso de Erika se suma al que nadie sepa su nombre y la llamen Helen Who (Helen Quien?), luego de que fuera bautizada así por Riley (Aparna Brielle).
Sin embargo, tras la fiesta las amigas están decididas a vivir a fondo los meses que les quedan en el colegio e ir a la fiesta de graduación, a la que la protagonista sueña asistir con el chico que le gusta: Jake C. (Mason Versaw).
El que coincidentemente es novio de su principal antagonista, Riley, y al parecer también se ha fijado antes en ella. Pero todo queda en suspenso después de que inesperadamente muere aplastada por el alce.
Cuando extrañamente conserva su cuerpo, además de afectar todo lo relacionado con la electricidad, y decide buscar una explicación a su estado antes de desaparecer. Sin olvidar el plan de ir a la gala de graduación.
Lo que se va concretando a través de los ágiles capítulos de Boo, bitch, mientras Erika y Gia aprenden algo más sobre el verdadero significado de la amistad, el primer amor y que lo más importante es la autoaceptación.