Catorce años más tarde, y cuando nadie lo esperaba, Borat Sagdiyev retorna a suelo estadounidense en una segunda película con sus aventuras, subtitulada Subsequent moviefilm, luego de que en 2006 lo visitara para aprender sobre su cultura y política.
Una primera aventura capturada en el falso documental Borat: lecciones culturales de Estados Unidos para beneficio de la gloriosa nación de Kazajistán, que además hizo famoso al personaje creado por el inglés Sacha Baron Cohen para su programa Da Ali G Show.
El mismo periodista kazajo que ahora retorna en un largometraje que se filmó casi en secreto, del cual los medios no fueron informados con mucha antelación y que debuta de manera exclusiva por la plataforma de Amazon Prime Video.
Secuela dirigida por Jason Woliner y también conocida como Delivery of prodigious bribe to american regime for make benefit once glorious nation of Kazakhstan, o Entrega de un soborno prodigioso al régimen americano para beneficio de la gloriosa nación de Kazajistán.
Un extenso nombre que además revela el porque Borat vuelve a Norteamérica, luego de que su primera misión solo trajera desgracia a su país natal -disminuyendo sus exportaciones de “pubis” y potasio- y lo condenara a la cárcel y trabajos forzados.
Una nueva misión con compañía
Sin embargo, el primer ministro de Kazajistán decide devolverle la libertad y asignarle la misión de enmendar lazos con EE.UU., llevando el mencionado soborno a Mike Pence, el más cercano a quien, según ellos, devolvió la grandeza a América: Donald Trump.
Y para cumplir su misión, Borat y su regalo, Johnny el Mono -Ministro de Cultura y estrella porno-, se embarcan en un carguero que recorre casi todo el mundo antes de arribar a Galveston, Texas. Pero al abrir la caja que resguarda al animal, recibe una gran sorpresa.
En su interior se encuentra su hija de 15 años, Tutar (Maria Bakalova) -a la que conoció al salir de la cárcel-, y los restos de Johnny. Ante la pérdida del soborno, Borat decide contactarse con su primer ministro para hallar una solución al problema que enfrenta.
Ésta es más simple de lo que esperaba: ofrecer a Tutar como obsequio al vicepresidente Mike Pence. Pero antes debe disfrazarse, para no ser reconocido por los estadounidenses que lo vieron en su anterior visita, y arreglar a su descuidada hija.
Para esto último se contacta con una influencer que aconseja a la chica sobre cómo seducir a hombres mayores y la insta a cambiar su look. Tras lo que Borat lleva a su hija a un baile de debutantes y a una clínica para ver la posibilidad de aumentar el tamaño de su busto.
Actualidad y sátira política
Pero las cosas se complican y el kazajo debe experimentar desafíos que lo harán replantearse lo que hasta ahora pensaba que era correcto para las mujeres; además de enfrentar la llegada del Covid 19 y saber qué opinan del virus los estadounidenses.
Dos temas muy actuales que marcan un cambio en relación al tono y nivel de controversia, y que además se suman a la característica esencial que hizo única a la clásica comedia y ahora es la espina dorsal de su secuela: revelar al Estados Unidos más encubierto.
Ese donde hoy las personas prefieren portar armas a usar mascarillas, se difunde la teoría sobre demócratas bebiendo sangre de niños y Rudy Giuliani, el ex alcalde de Nueva York y actual abogado de Trump, es parte de una inquietante escena.
Todo lo que convierte a esta Borat: subsequent moviefilm en una cinta actual y entretenida, que explora en los sentimientos de su protagonista, mientras intencionalmente satiriza la política de un país que se encuentra ad portas de una crucial elección presidencial.