Brew Brothers, la serie de Netflix que embriagará a los fanáticos de la cerveza
La cerveza artesanal es lo que une y enfrenta a los dos hermanos que protagonizan Brew Brothers, la irreverente nueva sitcom de Netflix.
Antes que todo, un consejo: para ver Brew Brothers lo mejor es que destapes una buena cerveza, porque, además de hacer reír, da sed.
Y es que la cerveza artesanal y todo el mundo que la rodea es el tema central de esta serie original de Netflix, que se acaba de estrenar con ocho episodios.
La protagonizan los Brew Brothers que dan nombre a la producción, Wilhelm (Alan Aisenberg, a quien vimos en Orange is the new black) y Adam Rodman (Mike Rodman).
Son dos hermanos que tienen poco en común y que se suman a la larga lista de parejas disparejas de hermanos que hemos visto en tanto en el cine como en la pantalla chica.
Aunque sí hay algo que los une, además de su vínculo familiar: su amor por la cerveza. Eso sí, su pasión la viven de formas diferentes.
Wilhelm, quien pasó un tiempo aprendiendo de cerveza con unos monjes trapenses en Bélgica, es entusiasta y relajado, y quizás por eso su negocio cervecero no funciona.
En cambio, su hermano se especializó en la universidad y se considera un beer snob, un eufemismo para no decir que es un pesado, capaz de humillar a alguien por pedir una Stella.
Aunque, pese a ser un sabelotodo, no le fue bien en su paso por Portland, la ciudad hipster por excelencia, y se va a vivir con Wilhelm para ayudarlo en su negocio en el distrito de Van Nuys, en Los Angeles.
Ahí, Will es dueño de un brewpub, un lugar que es bar y fábrica de cerveza al mismo tiempo. Aunque no funciona tan bien, porque el bar siempre está vacío y con apenas un par de clientes, los mismos de siempre.
¡Salud por Brew Brothers!
Greg Schaffer, guionista en populares comedias de TV como Mad about you y That’s 70 Show, dirige esta sitcom original de Netflix.
Y su experiencia en la comedia se nota, porque las risas salen fáciles en las situaciones disparatadas que suceden en Rodman’s.
Así se llama la cervecería y bar que une y enfrenta a Wilhelm y Adam y donde también trabajan Chuy (Marques Rey), un latino chistoso, y Sarah (Carmen Flood), la única cuerda ahí.
En ese lugar, al igual que en toda la serie, todo gira en torno a la cerveza, y por eso al comienzo podrías sentir que esta sitcom está hecha para iniciados el rubro.
Eso, porque hay constantes referencias a las IPA, a los lúpulos, las notas, la carbonación y otros conceptos que son parte de la jerga cervecera.
Pero, al igual que la espuma, esa sensación desaparece rápido y lo que queda es una comedia irreverente, que incluso se ríe del mismo mundo que retrata.
Además, la “guerra civil” entre estos hermanos genera situaciones rídiculas y que sacan carcajadas, como la visita al bar de los monjes trapenses con los que vivió Wilhelm
Así, Brew Brothers, con sus capítulos cortos, de no más de 30 minutos, entrega el mismo placer que esas cervezas livianas y refrescantes, que son todo lo que le pides a una tarde en la que no hay nada más que hacer.
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