Las novelas de Julia Quinn en torno a los hermanos Bridgerton y sus avatares amorosos en la Inglaterra del siglo XIX ya tenían un gran número de seguidores/as, pero con la llegada de la primera serie en torno a ellos se marcó un antes y un después.

Un espacio con la firma de Netflix y Shondaland, la productora de Shonda Rhimes (Grey’s anatomy), que debutó por el streaming a modo de regalo de Navidad, el 24 de diciembre de 2020, mostrando al mundo los sucesos conocidos en El duque y yo.

El primero de los libros de la saga de Quinn ambientados en medio de una particular mirada a la Regencia inglesa -el periodo comprendido entre 1811 y 1820-, que se transformó en los exitosos ocho capítulos que llevaron al espectador al Londres de 1813.

Cuando la llegada de la primavera marcaba el inicio de una agitada temporada social para su aristocracia, en la cual se cuenta la familia de la viuda del vizconde Bridgerton. Entre ellos, Daphne (Phoebe Dynevor), una de las debutantes londinenses.

Quien tras llamar la atención de la reina Charlotte (Golda Rosheuvel), fue nombrada por la soberana el “diamante de primavera” y se transformó en centro de atención de los bailes donde las jóvenes de la alta sociedad pueden conocer a su potencial esposo.

Un renovado protagonismo

Un hecho que se destacó en los Documentos de Sociedad de Lady Whistledown, publicación que detalla las novedades de la agitada temporada social y cuya autora es una misteriosa mujer que también es la narradora del espacio.

El cual llevó al público por un recorrido centrado en el apasionado romance de Daphne y Simon Basset (Regé-Jean Page), o el duque de Hastings, para ahora dar paso a una segunda temporada donde el protagonismo recae en Lord Anthony (Jonathan Bailey).

Quien es mejor conocido como el vizconde Bridgerton, ya que luego de la repentina y absurda muerte de su padre -debido a una reacción alérgica a una picada de abeja- debió asumir el título nobiliario y la guía de los negocios de su familia.

Lo que lo mantiene más que ocupado, pero sin olvidar otro deber que le impone la sociedad y su posición como cabeza del grupo familiar: encontrar una esposa adecuada para que se convierta en la futura vizcondesa.

Algo que para Anthony no tiene que ver con el amor, sino que esencialmente con que esa persona sea una buena compañera y se distinga socialmente. Por lo que espera con impaciencia la denominación del “diamante de primavera” de esta temporada.

La próxima vizcondesa Bridgerton

Una designación que recae en Edwina Sharma (Charithra Chandran), quien hace poco llegó desde India junto a su madre Mary (Shelley Conn) y su hermana mayor Kate (Simone Ashley), y ahora vive con Lady Danbury (Adjoa Andoh).

Por lo que inmediatamente Anthony pone sus ojos en la bella y educada jovencita para ser la nueva Lady Bridgerton. Pero hay un problema: Kate, con quien el protagonista tiene una tensa relación. Aunque, como se intuye, detrás de esta hay algo más.

En el inicio de un ciclo que también incluye nuevas vivencias para los otros Bridgerton, entre las que se cuentan la obsesión de la feminista Eloise (Claudia Jessie) por saber quién es Whistledown o el ingreso de Benedict (Luke Thompson) a la Academia de Bellas Artes.

Mientras sus vecinas, Lady Featherington (Polly Walker) y sus tres hijas, entre las que destaca Penelope (Nicola Coughlan) -quien el público ya sabe que es la escritora de chismes en las sombras-, enfrentan la reciente muerte de su esposo y padre.

Así, entre bailes en elegantes salones o tardes de té y juegos en el patio de la casa campestre de los Bridgerton, se desarrolla el renovado encuentro con una de las series más exitosas de Netflix, gracias a su mezcla de romance, pasión y conflictos de época.

Donde la historia se revisita con una sociedad racialmente integrada, exponiendo una vez más la represión que debían soportar las mujeres en esos años. Todo en medio de coloridos trajes y fastuosos escenarios, y con la voz de Julie Andrews como Lady Whistledown.

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