Capítulo 3 de la temporada 2 de Big Little Lies: Cuando la salud mental de las protagonistas flaquea
En el episodio 3 de la temporada 2 de Big Little Lies se ve cómo las protagonistas de la serie esconden profundas grietas en su salud mental. Ojo, que esta nota incluye spoilers.
En el tercer episodio de la temporada 2 de Big Little Lies —la serie de HBO que presenta el drama de un grupo de amigas que esconde un gran secreto— la gran protagonista es la psiquiatra que hemos visto de pasada en capítulos anteriores, pero que aquí adquiere relevancia, ya que atiende y cuestiona tanto a Madeline (Reese Whiterspoon) como a Celeste (Nicole Kidman).
Recordemos que el esposo de Madeline, Ed, se enteró de que ella lo engañó y por eso ambos acuden a la consulta de la dra. Reisman. Madeline está desesperada por arreglar su matrimonio, porque aún no supera la separación de su primer marido y el trauma de su niñez cuando descubrió a su padre engañando a su mamá.
Celeste también acude a la especialista para analizar lo que ella llama una “vida plana y aburrida” después de la muerte de su marido, Perry. La doctora cree que ella es una especie de adicta a su ex esposo, a pesar de que, como ya sabemos, éste la maltrataba brutalmente.
Bonnie (Zoe Kravitz), por su parte, sigue tratando de lidiar con el secreto que la liga directamente con la muerte de Perry y empieza a tener recuerdos de traumas infantiles ligados a su madre.
Pero no sólo los adultos muestran en este capítulo lo frágil que es la mente humana. En el colegio, Anabella, la pequeña hija de Renata (Laura Dern), sufre un ataque de ansiedad, producto de que en la clase comienzan a discutir los problemas del calentamiento global y de la posible catástrofe para la humanidad, que ella interpreta como el fin del mundo.
Asunto mundial que se suma a la inseguridad que vive en su casa gracias a los problemas económicos y de relación que tienen sus padres.
Una abuela en acción
Mary Louise (Meryl Streep, otra vez brillante en su entrega) también tiene mucho que decir en este capítulo, porque ahora que sabe que Ziggy —el hijo de Jane (Shailene Woodley)— es su nieto, quiere estar presente en su vida, poco convencida, eso sí, de que su hijo Perry violara a Jane y de que Ziggy fuera el resultado de esa violenta situación.
Jane trata de reiniciar su vida amorosa, pero le cuesta. Las heridas de la traumática experiencia que le tocó vivir aún calan hondo en ella.
Y ojo, que Mary Louise sigue obsesionada con averiguar qué es lo que realmente pasó con su hijo. Visita a los policías a cargo y mantiene sus sospechas hacia Celeste y sus amigas, lo que seguramente se acentuará en los próximos episodios de la serie.
Comentarios