Casi feliz, la sitcom argentina para reír con las tragedias cotidianas de un famoso no tan famoso
El comediante Sebastián Wainraich protagoniza Casi feliz, serie argentina que te hará reír con las tragedias de un hombre que persigue la felicidad después de los 40.
El protagonista de Casi feliz es prácticamente un desconocido en Chile. Aunque quizás a los seguidores de la comedia les suene un poco el nombre de Sebastián Wainraich.
Pero en Argentina la situación es totalmente diferente. Aunque se defina a sí mismo como un “no muy famoso, pero sí conocido”, allá este actor, comediante y conductor de radio y TV es toda una celebridad.
Tanto, que fue portada de la revista Rolling Stone y ahora tiene su propia serie en Netflix, una sitcom con acento porteño que se estrenó el viernes pasado.
En Casi feliz Wainrich interpreta a Sebastián, un locutor de radio y comediante de stand up, separado, padre de mellizos, hincha del Atlanta y medianamente conocido, de esos que la gente para en la calle para tomarse una foto.
Y lo que parece una serie autobiográfica, en realidad no lo es, aunque el personaje tiene harto de Wainrich.
Reír y llorar con Sebastián
A lo largo de diez capítulos va mostrando las tragedias cotidianas de Sebastián, un poco al estilo de Curb your enthusiasm, la sitcom donde el guionista y uno de los creadores de Seinfeld se interpreta a sí mismo.
Wainrich transforma sus fracasos en el material de sus rutinas decían por ahí y eso es más o menos lo que hace con las situaciones que le van ocurriendo a Sebastián, las que deben hacernos llorar, pero que en realidad nos hacen reír y mucho.
Y es que cuesta aguantar las carcajadas con las humillaciones que recibe de sus fans. O de sus intentos por conseguir algo de sexo. Menos aun con esa incómoda escena que ocurre con sus padres y que nadie quiere vivir nunca jamás.
Aunque los mejores momentos son los que protagoniza junto a su ex esposa, Pilar (Natalie Pérez), la madre de sus hijos, de quien -al parecer- sigue enamorado. La pareja tiene un feeling especial y sus conversaciones, que van desde el sexo -o sobre “la falta de”- hasta la paternidad, son lo mejor de Casi feliz.
Y pese a que la serie está plagada de guiños al fútbol local y de cameos de figuras argentinas, su humor logra traspasar la fronteras gracias a un Wainrich tremendamente gracioso, que logra generar empatía y al que dan ganas de seguirle la pista más allá de la serie.
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