El protagonista de Casi feliz es prácticamente un desconocido en Chile. Aunque quizás a los seguidores de la comedia les suene un poco el nombre de Sebastián Wainraich.
Pero en Argentina la situación es totalmente diferente. Aunque se defina a sí mismo como un “no muy famoso, pero sí conocido”, allá este actor, comediante y conductor de radio y TV es toda una celebridad.
Tanto, que fue portada de la revista Rolling Stone y ahora tiene su propia serie en Netflix, una sitcom con acento porteño que se estrenó el viernes pasado.
En Casi feliz Wainrich interpreta a Sebastián, un locutor de radio y comediante de stand up, separado, padre de mellizos, hincha del Atlanta y medianamente conocido, de esos que la gente para en la calle para tomarse una foto.
Y lo que parece una serie autobiográfica, en realidad no lo es, aunque el personaje tiene harto de Wainrich.
Reír y llorar con Sebastián
A lo largo de diez capítulos va mostrando las tragedias cotidianas de Sebastián, un poco al estilo de Curb your enthusiasm, la sitcom donde el guionista y uno de los creadores de Seinfeld se interpreta a sí mismo.
Wainrich transforma sus fracasos en el material de sus rutinas decían por ahí y eso es más o menos lo que hace con las situaciones que le van ocurriendo a Sebastián, las que deben hacernos llorar, pero que en realidad nos hacen reír y mucho.
Y es que cuesta aguantar las carcajadas con las humillaciones que recibe de sus fans. O de sus intentos por conseguir algo de sexo. Menos aun con esa incómoda escena que ocurre con sus padres y que nadie quiere vivir nunca jamás.
Aunque los mejores momentos son los que protagoniza junto a su ex esposa, Pilar (Natalie Pérez), la madre de sus hijos, de quien -al parecer- sigue enamorado. La pareja tiene un feeling especial y sus conversaciones, que van desde el sexo -o sobre “la falta de”- hasta la paternidad, son lo mejor de Casi feliz.
Y pese a que la serie está plagada de guiños al fútbol local y de cameos de figuras argentinas, su humor logra traspasar la fronteras gracias a un Wainrich tremendamente gracioso, que logra generar empatía y al que dan ganas de seguirle la pista más allá de la serie.