Pese a que parecía que se acercaba la paz entre humanos y vampiros, la lucha sangrienta continúa en la tercera temporada de Castlevania.

Es la serie animada basada en la saga de videojuego japonés de 1986 del mismo nombre y que acaba de regresar a Netflix para continuar la historia del último miembro del clan Belmont (Trevor Belmont), la maga y oradora Sypha Belnades y el hijo de Drácula Alucard.

Y es que luego de la muerte de Drácula, quien deseaba aniquilar a la humanidad después de que asesinaran a su esposa, parecía que se acercaba la paz para estos héroes.

Sin embargo, todavía hay vampiros que buscan apoderarse del mundo y aniquilar a los humanos.

Ahora, quien se vuelve la gran villana es Carmilla, quien en la temporada pasada era parte del consejo de Drácula. En esta nueva entrega, ella busca concretar su plan de apoderarse del continente y alimentarse de los humanos junto a sus hermanas.

Mientras, Sypha y Trevor se mantendrán eliminando a los monstruos que dejó la guerra pasada contra los vampiros, sin notar que esto los llevará a un nuevo gran desafío. 

Paralelamente, Alucard se ha quedado con el castillo de su padre y en su nueva vida solitaria pero pacífica, adopta a dos jóvenes que buscan eliminar a los vampiros que quedan.

Nuevo desafió sin Drácula

Para muchos, la primera temporada de Castlevania fue una grata sorpresa. Con sus cuatro capítulos de 20 minutos, asombró con la hermosa animación y su interesante y violenta historia, de la mano de un gran villano como Drácula.

En cambio, su segunda temporada, de ocho capítulos, decepcionó un poco. Más lenta y con menos acción, el final del líder de los vampiros, Drácula, no dejó muy conforme a sus fans.

La llegada de la tercera sigue sin el impacto y genialidad que entregó la primera temporada. Con diez capítulos, de 30 minutos aproximadamente, la serie sigue sintiéndose lenta, aunque promete más con la historia, que mantiene el nivel de violencia.

Eso sí, se luce la nueva villana protagonista, Carmilla, que ya había mostrado ser un personaje llamativo, junto a sus hermanas se convierten en una buena villana.

Un estilo muy tosco

Si algo hay que criticar de este tercera temporada de Castlevania es su animación. Desde un inicio ha tratado de ser un animé estadounidense, algo que lograba muy bien en la primera temporada, que era hermosa de ver y muy fluida.

Pero ahora se siente tosca y poco fluida, algo que hace que no la puedas disfrutar como en las temporadas pasadas.

Incluso, cuando los personajes tienen diálogos entre ellos, no calzan muy bien las voces con el movimientos, lo que hace pensar que al hacer diez capítulos, a diferencia de los cuatro de la primera, hay menos dedicación en realizar una buena animación.

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