Llegó al trono derrocando a su esposo Pedro II, ni más ni menos. Ese dato dice mucho de quién fue Catalina, la Grande, emperatriz que gobernó por 34 años Rusia, entre 1762 y 1796, y que es interpretada por la magnífica actriz inglesa Helen Mirren en la nueva mini serie realizada por HBO, en asociación con Sky.

Ya existían varias producciones que se centran en la historia de esta gobernante, como La Emperatriz Escarlata, filme de los años 30 con Marlene Dietrich, y la serie noventera La Joven Catalina, con Julia Osmond. Ninguna, sin embargo, había presentado sus años de madurez, siendo ya monarca, cuando mandó sin titubeos un gran imperio.

Ya en el primer capítulo de esta mini serie de HBO se observa cómo toma decisiones fuertes con mano dura, mientras sobre ella se cierne constante la amenaza de quienes quieren arrebatarle la corona.

Es el conde Orlov (Richard Roxburgh), su aliado y amante, quien le ayuda a deshacerse de Pedro II para que se transforme en reina, pero ella no duda en desecharlo y enfocar su interés romántico y político en un joven militar, el teniente Potemkim (Jason Clarke).

Él se transformó en su gran amor y en el socio perfecto para construir un país liberal y moderno considerando la época.

Esas intrigas y líos amorosos y gubernamentales son los que dan vida a esta producción de alto vuelo, como nos tiene acostumbrados HBO, que tiene sólo cuatro capítulos (se estrenan los lunes a las 11 PM hora de Chile) y que presenta una factura impecable, con un trabajo de vestuario, locaciones y escenografías minucioso.

Helen, la rusa

Por otro lado, era difícil que otra actriz que no fuera Mirren interpretara a Catalina, actriz acostumbrada a asumir el rol de gobernante, como tan bien lo hiciera en La Reina, la película de Stephen Frears en que encarna a Isabel II de manera brillante, llevándose un premio Oscar por ello.

Eso, además de tener lazos directos con Rusia, país originario de su padre (el apellido verdadero de Helen es Mironoff), y de ser una de las productoras ejecutivas de la serie, lo que le aseguraba el rol central.

A Catalina, Mirren le otorga astucia y viveza, poder, chispa y la cuota exacta de vulgaridad. Ella gobierna la cámara, las escenas le rinden pleitesía, porque su oficio y su talento nadie los puede cuestionar y a sus 74 años es una de las máximas reinas inglesas en el arte de actuar.