Con solo 26 años, el catalán Àlex Monner es una de las figuras más activas del cine y TV españoles, que solo en los últimos años ha sumado una decena de títulos entre los que se cuenta la adrenalínica Centauro.
Una de las últimas apuestas hispanas del catálogo de películas de acción de Netflix, donde se pone bajo la dirección de su coterráneo Daniel Calparsoro (Hasta el cielo) para encarnar a otro joven barcelonés: Rafa.
El protagonista del remake de la cinta francesa Burn out -que también se puede ver en la plataforma de streaming-, que a su vez se basa en la novela Dans les cordes, del guionista y escritor galo Jérémie Guez.
Un personaje que se mueve entre el motociclismo y el oscuro mundo del narcotráfico, en medio de la adrenalínica trama de Centauro, un filme que lo apuesta todo por el peligro olvidando sacarle más partido al drama.
La cual comienza su narración en Aragón, cuando en el circuito de Motorland el decidido Rafa es parte de una carrera por el campeonato de Superbikes, la que debe abandonar por problemas en su moto.
Sin embargo, igual llama la atención de Regina (Eliana Saenz), la dueña de una escudería en busca de pilotos, que le habla de los hombres-caballo o centauros, que en el caso de los motociclistas en vez de patas tienen ruedas.
Un peligroso trato con el narcotráfico
Con la ilusión de conseguir un lugar en el equipo de Regina, Rafa retorna a su trabajo como estibador en el puerto de Barcelona y a cuidar a su pequeño hijo, mientras su ex pareja va a una entrevista laboral.
Esta se llama Natalia (Begoña Vargas) y es la figura que desata el conflicto, luego de que le roban desde su departamento la droga que guardaba para un narcotraficante, quien le da días para que le pague lo que perdió.
Una suma de dinero que ella no tiene y Rafa se compromete a reunir, aunque lo que consigue es transformarse en “mula”, transportando entre Barcelona y Marsella la droga del colombiano Carlos (Édgar Vittorino).
Un trato que durará dos meses y él realiza al mismo tiempo que trabaja en el muelle y participa en las pruebas de motociclismo, por lo que sus días se empiezan a transformar en una agotadora pesadilla.
La que sirve al director de Centauro para mostrar al protagonista a toda velocidad sobre diferentes motos, tanto en la pista de competencia como en las calles, donde incluso debe sortear una protesta independentista.
En lo que es la esencia de la cinta: acción y peligro complementados por el suspenso de saber si su “héroe” logrará su cometido -con algo de drama urbano-, que cautiva la atención del espectador durante la hora y media de su trama.