Luego de debutar con un excelente primer episodio, Chernobyl no decepcionó con el estreno de su segunda parte este viernes 17 de mayo en Latinoamérica (en el hemisferio norte los capítulos son transmitidos los lunes).
En este episodio de poco más de una hora de duración, los hechos están ubicados temporalmente siete horas después de ocurrida la explosión en la central de energía nuclear de Chernobyl, en la Ucrania soviética de 1986. Acá, tras la excelente presentación de los hechos del capítulo uno, comenzamos a conocer a los verdaderos protagonistas de esa producción original de HBO.
Episodio 2
Todo comienza con una escena en que la física nuclear Ulana Khomyuk (Emily Watson) se da cuenta que las mediciones de partículas radioactivas en el aire son demasiado elevadas y que corresponden a isótopos de U-235, el tipo de uranio utilizado como combustible en las centrales de energía nuclear. Rápidamente y luego de hacer un par de deducciones brillantes, la científica se da cuenta que un grave accidente habría ocurrido en las instalaciones de Chernobyl.
En paralelo vemos como, tras leer la descripción de una roca en un informe, el profesor Valery Legasov (Jared Harris) comienza a intuir el terrible desastre ocurrido. Es en una comisión en la que participa el mismísimo Secretario General del partido del gobierno, en que Legasov da a conocer su opinión sobre lo que está ocurriendo en Chernobyl.
Tras una sensata intervención, el profesor es enviado en una misión especial junto al diputado Boris Shcherbina (Stellan Skarsgård) al lugar de los hechos para realizar un reporte completo de la situación y, de ser necesario, proponer medidas de control para la emergencia.
Desde la llegada de ambos personajes a los pies de la central nuclear podemos darnos cuenta de la inoperancia política y factual que tuvieron las personas involucradas y llamadas a tomar decisiones importantes para controlar la alarmante situación y proteger a la población.
Esta ocurre en varios niveles pues, no son solo Shcherbina y Legasov quienes eligen mal sus cartas; los dueños y operarios de la centra de energía fueron terriblemente negligentes también, intentando minimizar los hechos y profundizando la gravedad de lo ocurrido.
Lo que sigue a esas decisiones son actos tan heroicos como terroríficos. En la desesperación de buscar una forma de combatir este “incendio” nuclear, Legasov proponer una estrategia que pondrá en riesgo la vida de muchas personas, incluidos él mismo y el diputado encarnado magistralmente por Skarsgård.
Pero es durante las peores crisis cuando las grandes mentes brillan más que nunca y, en este caso, Ulana Khomyuk se hace cargo de representar y amalgamar a esos miles de científicos y científicas que colaboraron en tiempo record, e incluso dieron su vida, para detener las consecuencias del terrible accidente nuclear de Chernobyl.
Un episodio mucho más político que el primero que, sin perder de vista el hilo principal de la historia, lleva el relato tipo thriller a un nivel superior, que en muchos momentos roza el terror sicológico y que queda plasmado en la pantalla como una obra audiovisual con un acabado técnico y artístico exquisito.
A eso se suman las excelentes actuaciones de los protagonistas –como Skarsgård y Watson– que logran dotar de una profunda y cruda humanidad a sus personajes que deben aprender a enfrentar la más dura desesperanza producto de la negligencia humana.
Hay que decirlo, hasta ahora –y con solo dos episodios estrenados– Chernobyl es la mejor serie estrenada en 2019.