Cinco clásicos para (re)descubrir en Netflix en este finde largo
En estos tranquilos días de Semana Santa, donde a veces el mejor panorama es quedarse en casa viendo películas, Netflix emerge como buena opción.
La plataforma cada vez tiene una mejor y amplia batería de clásicos para ofrecer. Y si bucea un poco en las profundidades del catálogo, puede encontrar cintas que no son tan reconocidas y canónicas como El Padrino o Taxi Driver, pero que merecen ser vistas con la misma devoción. Acá le recomendamos cinco.
The woman in the window (1944)
Tras ser perseguido por los nazis por no someterse al régimen, el gran director Fritz Lang (Metrópolis) se marchó a Hollywood a seguir una carrera donde su oscura visión sobre la humanidad era machacada por los productores de los grandes estudios. De todas maneras, y con gran habilidad, lograba colar temáticas y personajes acorde a esa visión. Una de esos filmes, hechos al borde de la industria, es esta notable película protagonizada por Edward G. Robinson donde un destacado lingüista se queda solo en la ciudad y se obsesiona con un cuadro donde aparece una bella mujer. Increíblemente logra conocerla y la acompaña a su hogar, sin saber que se verá involucrado en un crimen que no sabrá como resolver. Una película psicológicamente tensa, pero increíblemente divertida.
To catch a thief (1955)
Con el título Para atrapar a un ladrón se conoció en Chile esta película del maestro del suspenso, Alfred Hitchcock, protagonizada por dos de los más refinados actores del Hollywood clásico: Cary Grant y Grace Kelly. El llamado “Maestro del suspenso” hace gala de tal título con esta historia ambientada en la Costa Azul francesa sobre un sofisticado ladrón llamado John Robie, quien es acusado injustamente de unos recientes robos de joyas. La próxima víctima podría ser una hija de millonarios americana que anda por el lugar y para probar su inocencia Robie va en su búsqueda, pero a la vez es flechado por ella. Nota curiosa: fue durante este rodaje que Grace Kelly conoció al príncipe Rainiero de Mónaco, con quien se casaría un año después. Hitchcock se arrepintió hasta el final de este rodaje que le hizo perder a su actriz-fetiche favorita.
The Man Who Shot Liberty Valance (1962)
O El hombre que mató a Liberty Valance, es una de las obras maestras tardías de John Ford, el mayor director de westerns de la historia. Acá usa a dos estandartes del cine clásico: John Wayne y James Stewart. Este último encarna a un viejo senador que vuelve al pueblo donde comenzó su carrera política, siendo un joven abogado, para asistir al funeral de un viejo amigo. Ese amigo era un vaquero, de rudos modales, pero leal, que lo insertó en una realidad que desconocía y en donde el manejo de una pistola no era posible de superar con las palabras. Esa era la premisa de un forajido como Liberty Valance, quien amenazaba la paz del lugar y a quien este abogado pretende enfrentar con todas las de la ley. Considerada por algunos críticos como el mejor western de la historia del cine. La verdad, no es exagerado.
A shot in the dark (1964)
Conocida en español con el título de Un disparo en la oscuridad, en rigor se trata de la segunda parte de La Pantera Rosa, continuación de las aventuras del accidentado inspector Clouseau. Originalmente su director Blake Edwards no lo había proyectado así, pero el beneficio comercial era atractivo. Finalmente, se cree que es la más perfecta película de la saga (seguida de cerca de esa tercera gran parte), gracias al cuidado guión que encierra la trama en una lujosa casa donde se ha cometido un crimen. La gracia de Peter Sellers como Clouseau es incuestionable, e insuperable, tratando de resolver el caso donde la criada de la casa es acusada de matar a su novio. Pero Clouseau piensa algo, aunque todas las pruebas digan lo contrario: ella es demasiado guapa para haberlo hecho. Algo que hará enloquecer (nuevamente) a Dreyfus, su histérico jefe.
The Conversation (1974)
Francis Ford Coppola en estado de gracia. Ya había alcanzado la gloria en 1971 con El Padrino, y justo antes de realizar su segunda parte (donde nuevamente haría una obra maestra), realizaría esta película que parecía pequeña en producción, pero que tiene una altura equiparable a las cintas sobre la familia Corleone. Inspirada en Blow up de Michelangelo Antonioni e influenciada por el reciente escándalo Watergate, se centra en un espía profesional (Gene Hackman) experto en escuchas y en tecnología afines, quien es contratado por un misterioso magnate para vigilar a su esposa que supuestamente lo engaña. Poco a poco, el espía se obsesiona con el caso y con el misterioso cliente que nunca logra ver, llegando al límite de la sanidad mental. Una joya que le valió a Coppola ganar la Palma de Oro del Festival de Cannes ese año y, luego, a ser hasta hoy el único director que en un año tuvo dos filmes nominados a Mejor película en los Oscar, gracias a esta cinta y a El Padrino 2.
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