Cinco razones para ver Mr. Robot
Es una de las series más comentadas del año. Aunque llegó el lunes al cable chileno, aún está a tiempo para seguirla, ya que hay maratón de los cinco primeros capítulos por Space. ¿No ha oído hablar de ella? Aquí contamos por qué esta producción sobre el mundo de los hackers se transformó en un imperdible y en adicción pura para sus fans.
Por Matías de la Maza.
Nada es lo que parece
Elliot (Rami Malek) es un solitario y depresivo técnico informático de Nueva York. De día trabaja en una empresa de ciberseguridad que se encarga de evitar hackeos a sus clientes. De noche, irónicamente, se divierte hackeando personas, siendo una suerte de activista digital. La monótona vida de este joven cambia cuando conoce a Mr. Robot (Christian Slater), el misterioso líder de un grupo de hackers revolucionarios.
¿Su trama no es muy llamativa? No se apresure, porque la gracia de esta serie está justamente en su capacidad de sorprender. Elliot narra la historia de forma tan subjetiva, que usted nunca sabe si lo que ve es real o no. Y ahí está precisamente su gancho: no querrá perderse ningún capítulo para saber cuál es la verdad dentro de este mundo de apariencias y secretos.
Es el último fenómeno del cable
A Mr. Robot se le ama o se le odia. No hay punto medio. Gran parte de la crítica especializada se rindió ante la serie, aunque también tuvo sus detractores. Pero consiguió lo que todo buen programa de TV debe conseguir: generar discusión. Es, probablemente, la producción televisiva más comentada del año. Y es que fue una sorpresa en todo sentido, desde su elenco -la mayoría actores desconocidos- hasta el canal en que se emitió en EE.UU., USA, una señal de cable básico que algunos consideran de segunda línea en cuanto a producciones de este tipo.
Incluso, tuvo un triste paralelo con la contingencia, cuando su final de temporada debió ser retrasado al tener una escena que recordaba al tiroteo de agosto en el estado de Virginia, donde dos periodistas fueron asesinados. Este año, difícilmente encontrará otra serie que provoque tanto ruido.
Una estética impecable
El creador de la serie, Sam Esmail, ha admitido que tomó como inspiración elementos de clásicos del cine, desde Blade runner a Taxi driver, pasando por El club de la pelea, Matrix y varias cintas de Stanley Kubrick. Lejos del pastiche, el resultado es una cuidada atmósfera que mezcla un aire nostálgico de los 80 con la tecnología actual. Como la paranoia tecnológica de la primera Terminator, pero sin cyborgs asesinos dando vueltas (aún).
Cada escena es claustrofóbica, gris y ambigua, acrecentando la duda de si lo que ve es la realidad o una alucinación. De esa forma, logra que durante todo el capítulo el espectador se sienta como dentro de ella.
Preocupantemente moderna
La trama de Mr. Robot, en apariencia, ya se ha visto en más de una ocasión: una crítica a la vida moderna, la tecnología y a lo esclavizante de la rutina, insinuando la necesidad de una revolución. Pero esa es sólo la superficie. La serie profundiza en un aspecto que muchas veces se deja de lado: el efecto sicológico que tienen todos estos aspectos en el protagonista. Si bien Elliot es un caso extremo, los sentimientos que vive resultan familiares: ansiedad social, paranoia, soledad y, sobre todo, mucha ira en contra de un mundo y un sistema que percibe como injusto.
De más está explicar la obsesión por la conectividad y las redes sociales. Parte de lo adictivo de Mr. Robot radica en eso: en el sentir que si bien el mundo y el personaje que le presentan son ficticios, los paralelos con la realidad son, irremediablemente, demasiados.
Sus actores principales
El elenco de la serie está lleno de caras poco conocidas, que son muy gratas sorpresas. Aunque nadie brilla tanto como el dúo protagónico. La cada vez más extraña relación entre Elliot y el personaje que da nombre a la producción es la fuente de gran parte del peso dramático de la serie. Rami Malak se luce como el primero, haciendo de su actuación algo atrapante, desde su mirada hasta su errática forma de hablar. Y a pesar de que Elliot es un inadaptado social, nunca cae en la caricatura.
Christian Slater, por su lado, se luce en su rol de revolucionario mentor y, a ratos, villano. Sus escenas son mucho menos que las del protagonista y cuesta controlar la ansiedad por verlo aparecer de nuevo, sobre todo porque representa la antítesis a Elliot: es carismático, decidido y un maestro de la manipulación. Es también la consolidación de un actor cuyos problemas personales parecían haberse devorado su promisoria carrera en cintas de culto.
DONDE: Space (Canal 55 VTR, 518 DirecTV) HORARIO: Lunes a viernes, 11 PM. Sábado y domingo, maratón de los cinco primeros capítulos a la misma hora.
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