Aunque en 1984 se estrenaron películas como Los Cazafantasmas y Footloose, hubo un título enfocado en los jóvenes que también supo conquistar a la crítica: Karate Kid, la cinta donde un joven enfrentaba sus conflictos con la ayuda de su sensei y las artes marciales.
La misma que tres décadas más tarde, y después de inspirar tres secuelas en los 80 y un remake en 2010, revivió en la serie Cobra Kai, con la eterna rivalidad entre Daniel LaRusso (Ralph Macchio) y Johnny Lawrence (William Zabka) como su ingrediente principal.
Una producción bautizada como el dojo donde se preparaba Johnny y que debutó originalmente hace dos años en Youtube Red con una primera y aplaudida temporada de 10 capítulos, que fue seguida por un segundo ciclo con la misma cantidad de emisiones.
Ahora esa veintena de episodios llega a Netflix para que quienes todavía no han visto la serie puedan conocerla o para que simplemente sus seguidores vuelvan a disfrutar del reencuentro con unos maduros y antagónicos LaRusso y Lawrence.
Un revival que tiene como escenario el valle de San Francisco, en California -donde también se ambientó la Karate Kid original- y como protagonista de sus escenas iniciales a un maduro Johnny, quien ahora trabaja haciendo arreglos en diferentes casas.
Pero pronto su mal carácter le juega una mala pasada y termina desempleado, enfocado en sus botellas de cerveza. Todo empeora cuando chocan su automóvil y lo llevan a reparar a la automotora de su rival de juventud, un triunfador Daniel LaRusso.
Encuentros y desencuentros
Así, con unos cincuentones LaRusso y Lawrence en opuestos caminos de la vida, Cobra Kai inicia su aventura en pantalla. La misma que muestra que el primero de ellos es un reconocido y exitoso vendedor de autos, y un feliz padre de familia.
Un último punto que se contrapone directamente con Johnny, quien es soltero y no tiene una buena relación con su único hijo, un adolescente que ha decidido dejar los estudios y ahora pasa sus días en compañía de su pequeña pandilla.
Pero algo comienza a cambiar en su alicaída existencia cuando defiende a un muchacho de su edificio, llamado Miguel (Xolo Maridueña), de un grupo de matones a la salida de un minimarket y se da cuenta que su habilidad con las artes marciales sigue intacta.
Esto último pone las bases de una amistad con Miguel, que hará renacer su faceta paternal, y lo inspira a abrir su propio dojo para enseñar karate: el Cobra Kai, reviviendo el nombre del lugar donde siendo joven recibió instrucción por parte del duro Kreese (Martin Kove).
Con el paso de los episodios, se ve cómo las vidas de Daniel y Johnny se cruzan una y otra vez, y su enemistad se acrecienta cuando el primero toma como su protegido a Robby (Tanner Buchanan), sin saber que se trata del hijo de su antagonista.
Encuentros y desencuentros que conforman el eje narrativo de la serie, tanto en su primera y segunda temporada, y que en muchos momentos dejan borrosa la distinción de uno u otro de los protagonistas como el héroe o el villano de la historia.
Y aunque los maduros contrincantes dejan de ser el eje en varias escenas del segundo ciclo del espacio, más centrado en sus personajes más jóvenes, ellos son y serán el mejor ingrediente de esta imperdible Cobra Kai, que ya confirmó su tercera temporada por Netflix.