Crímenes del futuro: el reencuentro con la provocación de David Cronenberg
El famoso realizador canadiense llega a la plataforma Mubi con su última película, donde explora en la evolución y la adaptación del ser humano al entorno, con un relato centrado en un artista de la mutación de órganos.
A sus casi 80 años, y con una veintena de películas, David Cronenberg se alza como uno de los más audaces y singulares realizadores del cine contemporáneo. Un sitial que reafirma con Crímenes del futuro.
Su realización número 22 y el retorno al Cronenberg de sus primeras décadas, mucho antes de la violencia criminal, el suspenso, el drama y la sátira de títulos como Promesas del este y Polvo de estrellas.
Cuando el canadiense ofrecía su versión para el clásico del terror La mosca, con un Jeff Goldblum experimentando con la teletransportación, o en Crash mostraba a una pareja reencontrándose en el fetichismo.
La misma época en que era común que parte del público poco habituado a su mirada fílmica abandonara las funciones antes de tiempo y su nombre y cintas fueran parte de ciclos en las salas de cine arte locales.
Algo que revivió con Crímenes del futuro, luego de que fuera estrenada en el Festival de Cannes, logrando una ovación por parte de los asistentes, pero también forzando a algunos a dejar antes la presentación.
El reencuentro con el horror corporal
Una cinta con la que el cineasta se reencuentra con colaboradores habituales -Howard Shore en la música y Carol Spier en el diseño de producción-, además del horror corporal y la ciencia ficción.
La mezcla habitual en sus años de mayor impacto visual y conceptual, que retoma dos décadas después de eXistenZ -su último aporte en esta zona de incómoda fascinación-, para llevar a un futuro cercano.
Cuando el dolor ya no forma parte de la humanidad y la evolución ha hecho que algunos desarrollen nuevos órganos, como se ve en el inquietante largometraje que ahora se puede apreciar en la plataforma de Mubi.
Donde Saul Tenser (Viggo Mortensen, actor fetiche de Cronenberg) ha hecho de su inestable cuerpo un objeto de arte con la ayuda de Caprice (Léa Seydoux), la cirujana con que ofrece performances.
Muestras artísticas que le sacan partido al Síndrome de Evolución Acelerada que lo afecta y son parte de un espectro artístico donde el público se fascina con cortes de bisturí o un cuerpo cubierto de orejas.
La provocación del cuerpo humano
Pero en el contexto de la cinta existen otros personajes y conflictos que alteran el entorno de los artistas, como los representantes del Registro Nacional de Organos: Timlin (Kristen Stewart) y Wippet (Don McKellar).
Además del Detective Cope (Welket Bungué) y Lang Dotrice (Scott Speedman), el líder de un grupo que ha modificado su sistema digestivo para enfrentar la polución y padre del niño con que se inicia el relato.
El pequeño que también es un perturbante ejemplo de los cambios físicos que son el ingrediente esencial de la cinta de Cronenberg, donde nuevamente el cuerpo humano incita la provocación.
En la que además están presentes los aparatos mecánico-orgánicos de sus filmes, en forma de cama, silla de alimentación y un dispositivo para autopsias. Sin olvidar el aspecto sexual, acá vinculado a las cirugías.
Así, con la tecnología y la corporalidad como las bases de su obra, en Crímenes del futuro Cronenberg se reconecta con la transgresión de su viejo yo, sumando tópicos actuales como la contaminación.
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