Cruella: la película Disney que revela el oscuro e imperdible origen de la clásica villana
Emma Stone encarna a una joven De Vil en la cinta dirigida por Craig Gillespie, que ya puede verse en Disney+ a través de su Premier Access.
Fue por a su carácter avasallador y egocéntrico, su demente actitud al conducir y, especialmente, por no dudar en eliminar cachorros para saciar su amor por los abrigos de piel, que Cruella de Vil pasó a la historia como una de las villanas clásicas del cine.
Un estatus corroborado por su lugar 39 en la lista 100 Años … 100 Héroes y Villanos, hecha por el American Film Institute (AFI), y que ha cultivado desde su aparición en la cinta animada 101 dálmatas (1961) hasta su encarnación bajo la piel de Glenn Close.
Sin embargo, gracias a la campaña de Disney de reinterpretar sus clásicos en películas de acción real, la imagen que hasta el momento se tenía de ella se modifica luego de ver la cinta titulada simplemente Cruella, que revela su origen y el porqué de su comportamiento.
Un relato que deja bastante atrás el colorido y familiar tono de casi todas las cintas con el sello de Disney, para sumergir al público en una narración protagonizada por dos mujeres dispuestas a todo. Y cuyos minutos iniciales tienen como escenario la Inglaterra de los 60.
Es aquí, como ella misma lo cuenta, donde viene al mundo Estella, también conocida como Cruella, cuyo principal rasgo distintivo es su cabello blanco y negro, además de una fuerte personalidad con la que desde muy pequeña dejó en claro que no aceptaría imposiciones.
Ni en cómo vestirse ni cómo comportarse, menos soportar el abuso por parte de sus compañeros de escuela. Un poco de rebeldía que hizo que la expulsaranndel colegio en que conoció a su amiga, Anita Darling (Florisa Kamara), y encontró a su perro Buddy.
La juventud de Estella/Cruella
Lo que provocó además que su madre, Catherine (Emily Beecham), tomara la decisión de mudarse a Londres. Pero durante el viaje a esa ciudad, ella hizo una parada en una gran mansión donde, por desgracia, sufrió el accidente que le quitaría la vida.
Poco después, en compañía de Buddy, Estella (Tipper Seifert-Cleveland) logra llegar a Londres, donde entabla amistad con dos huérfanos igual que ella. Los mismos Jasper (Joel Fry) y Horace (Paul Walter Hauser) que 10 años después son su familia.
Además de sus socios en los robos con que subsisten y que realizan con los disfraces que confecciona Estella (Emma Stone), quien nunca ha dejado de soñar con ser diseñadora de ropa. Algo que se hace más posible luego de que Jasper le consigue trabajo en Liberty.
Esta es la exclusiva tienda de moda donde la chica comienza limpiando los baños, pero tiene la oportunidad de hacerse notar ante La Baronesa (Emma Thompson), la más importante modista de la Inglaterra de los años 70 y quien la contrata para su atelier.
Pero su nueva y distinguida jefa es aún más altiva que ella, y, como lo descubre la joven artista, tiene directa relación con unos de los pasajes más oscuros de su pasado. Lo que la lleva a declararle una especie de batalla creativa, donde Estella deja salir a Cruella.
Guerra de personalidades y diseños
En el que es el momento de aceptación de su explosiva personalidad, que alguna vez le prometió a su desaparecida madre que controlaría. Una faceta que renace en toda su oscura magnitud y no es tan bien recibida por Horace y Jasper.
Y es con la guerra declarada entre Estella/Cruella y La Baronesa que se desenvuelve el eje de la película con la firma de Craig Gillespie, el realizador australiano detrás de la aplaudida cinta Yo, Tonya, que se atrevió a imaginar la juventud de la villana animada.
Un momento en que hace las paces con su verdadero yo, tiene como uno de sus mejores amigos al perro Buddy e intenta tomar por asalto al mundo de la moda. Todo bajo la piel de una Emma Stone que logra dotar al personaje de un misterioso y algo retorcido encanto.
La cual además logra equilibrar su talento con el de una muy efectiva Emma Thompson, haciendo de sus encuentros algunos de los mejores momentos del largometraje. La que también cuenta con unas notables banda sonora y recreación de época.
Todo lo que convierte a Cruella en una de las películas menos correctas, en el buen sentido, de los estudios Disney en el último tiempo. Donde lo diferente encuentra su nicho, llevando al público -jóvenes y adultos- por un particular y agitado recorrido biográfico.
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