El próximo sábado 11 se cumplen 20 años desde el traumático ataque terrorista a las Torres Gemelas y el Pentágono. Un shock que sigue presente en la memoria colectiva de Estados Unidos y el mundo, y se convierte en el punto de partida y eje de ¿Cuánto vale la vida?
La realización dirigida por Sara Colangelo que debutó en la edición de 2020 del Festival de Cine de Sundance y que ahora llega a Netflix con una historia de la vida real, inspirada en el libro What is life worth?, pero esencialmente en la figura de quien lo escribió: Kenneth Feinberg.
El abogado designado por el fiscal general John Ashcroft, de la administración de George W. Bush, para crear el fondo de compensación para las víctimas del 11 de septiembre y sus familiares, teniendo como base los sueldos y el patrimonio que poseían, entre otros puntos.
Y es precisamente con el relato de la madre de uno de ellos que la película inicia su relato de casi dos horas, cuando ella le afirma a su interlocutor que está enojada con Dios y con su país porque dejaron que eso pasara y que su hijo se quemara y no quedara nada de él.
Solo minutos después aparece Ken Feinberg -encarnado por Michael Keaton-, cuando está dando una clase en Georgetown y escribe en el pizarrón la pregunta ¿cuánto vale la vida?, dejándole en claro a sus alumnos que la única respuesta legal a esta es una simple cifra.
Las demandas de las víctimas
El mismo profesional que se ofrece para liderar el proceso de compensación que busca evitar demandas de las víctimas del 9/11 a las líneas aéreas, que afectarían gravemente a la economía. Labor que hará de forma gratuita y junto a su socia, Camille Biros (Amy Ryan).
Así, Ken y Camille inician un camino que saben que será muy complicado, a pesar de la experiencia que su bufete tiene en desastres y demandas, donde son claves los términos legales y pólizas, pero son ellos como peritos los que finalmente determinarán las cifras.
Una labor para la que tienen dos años y medio, en que son acompañados por un equipo y donde fríamente deben calcular el valor de un individuo o el de la pérdida de una extremidades. Sin embargo, del otro lado están los afectados y sus familiares.
Los cuales en una primera reunión con Feinberg no entienden por qué el formulario para solicitar la compensación incluye una fórmula matemática para calcular el monto, ya que para ellos la vida de una bombero vale lo mismo que la de un corredor de la bolsa.
Entre los que se cuentan el hermano de uno de los bomberos que murió en la Torre 2, que solo pide que revisen los malos protocolos de seguridad que enfrentaron, y Charles Wolf (Stanley Tucci), viudo de una de las víctimas y que se presenta como el crítico más duro del proceso.
Entre lo legal y lo humano
Y mientras Wolf lanza la página web FixTheFund.org para transparentar las fallas del fondo, el equipo legal comienza a entrevistar a los afectados por los ataques. Una labor que no puede dejar de conmover a abogados como Priya (Shunori Ramanathan) y Camille.
Un procedimiento que Feinberg solo ha visto desde lejos hasta que no queda nadie en la oficina y debe hablar con la viuda Karen (Laura Benanti). Desde ese momento el especialista empieza a vislumbrar que el caso va más allá del profesionalismo y los números.
Algo que se afianza en él desde que tiene una reunión con Wolf, donde este la aclara que el problema acá no es el dinero sino el que las víctimas sean tratadas como individuos, no como una simple cifra que evite un problema mayor para las grandes corporaciones.
Y es precisamente este contraste entre lo legal y lo humano, entre lo que es y lo que debería ser, lo que va conformando una cinta que tiene bastante de leyes, pero mucho más de humanidad, exponiendo el real drama detrás de un desastre y sus consecuencias.
Lo que hace de ¿Cuánto vale la vida? un gran relato fílmico que, a pesar de los sentimientos a flor de piel en muchas partes de su narración, no cae en el melodrama. El que además cuenta con actuaciones sobresalientes, en especial de Keaton, Ryan y Tucci.