Una vez más la realidad más macabra se convierte en el corazón de un espacio de Netflix en Desaparecida: el caso Lucie Blackman, el documental dirigido por Hyoe Yamamoto.
El mismo realizador detrás de Samurai and idiots: the Olympus affair -sobre el escándalo que afectó a la compañía óptica-, que ahora se enfoca en el caso ocurrido en el Tokio del 2000.
Cuando la joven británica Lucie Blackman se mudó a la capital japonesa por un año, pero al poco tiempo se perdió su pista, despertando las alarmas en su familia y la policía local.
En el inicio de una cinta que recurre a las imágenes de archivo y las entrevistas a sus involucrados, para revelar los detalles del crimen que estaba tras su desaparición.
Lo que realiza con los testimonios de su padre, policías y periodistas, y en forma cronológica, a diferencia de otras piezas de true crime que se mueven por diferentes épocas.
Se despiertan las alarmas
En un relato cuyos primeros minutos muestran a Tim Blackman, cuando desde su casa en Inglaterra recuerda el momento en que su pesadilla se inició: al recibir una llamada desde Tokio.
Cuando, en julio de 2000, conocidos de su hija Lucie lo alertaron de que la joven azafata, de 21 años, llevaba varios días sin comunicarse con alguien o volver a donde vivía.
Como tampoco ir a trabajar al bar del sector de Roppongi en que era anfitriona, una labor sin implicaciones sexuales en que conversaba y servía alcohol a los clientes del local.
Lo que puso en alerta a su padre, que viajó hasta Tokio, y esencialmente al Departamento de la Policía Metropolitana, que comenzó a investigar el caso cada vez con más presión.
Ya que su accionar estaba siendo juzgado por los medios extranjeros y su propio gobierno al involucrarse el Primer Ministro británico Tony Blair, quien pidió ayuda a su homólogo nipón.
Un depredador en Roppongi
Al mismo tiempo de que Blackman se convertía en una especie de antagonista para la policía, presionando por tener respuestas rápidamente, y algunos detectives trabajaban por su cuenta.
Una indagación que comenzó a dar frutos cuando conectaron la desaparición de Lucie con las acusaciones de anfitrionas en Roppongi de haber sido atacadas por un cliente adinerado.
Así, los agentes de la policía tokiota empezaron a atar cabos, dando con el paradero de un magnate de las propiedades que se convirtió en un depredador sexual del barrio.
En el momento clave de la investigación, que llevaría a la verdad sobre Lucie y el rol que jugó en su oscuro destino Joji Obara, el millonario que abusó de centenares de mujeres.
Lo que se revela en el impactante desenlace de Desaparecida, cuando a los 223 días de búsqueda se halló a Lucie en una playa de la costa cercana a Tokio.