Tras protagonizar originales de Netflix como El hijo y La corazonada, Joaquín Furriel retorna a la plataforma en Descansar en paz, la nueva película producida por Kenya Films.
La productora de Ricardo y Chino Darín junto a Federico Posternak, que ha estado detrás de otras cintas trasandinas, como la famosa Argentina, 1985 y La odisea de los giles.
Esta última una comedia criminal que debutó en cines en 2019, dirigida y escrita por Sebastián Borensztein, el mismo realizador detrás de la nueva cinta de Furriel.
Para lo que el cineasta abandona la comedia de varios de sus anteriores filmes y se adentra por completo en el drama con altas cuotas de suspenso, en la historia de Sergio Dayán.
El personaje encarnado por Furriel con una mezcla de angustia y resignación, que se convierte en el motor de una narración fílmica de ritmo sin prisa, pero incesante.
Las deudas agobian a Sergio
El que logra involucrar por completo en la trama que lleva a la pantalla la novela Descansar en paz: ¿Nunca soñaste con dejar todo y empezar de nuevo?, de Martín Baintrub.
Así, con Furriel encabezando su buen elenco, la cinta lleva al Buenos Aires de 1994, cuando Sergio y su esposa son anfitriones en el bat mitzvah de su hija mayor.
Pero detrás de la alegría de la familia liderada por Sergio y Estela (Griselda Siciliani), él esconde el estrés angustiante que le provoca deber millones a una financiera.
Los que solicitó para mantener a flote su fábrica, pero no fueron suficientes para evitar la ruina económica que enfrenta, sin contarle nada a su mujer, que trabaja como dentista.
Pero las deudas en las cuotas del colegio de sus hijos Florencia (María Kunischi) y Matías (Nicolás Jurberg) despierta las alarmas en Estela y decide encarar a su marido.
Una salida a sus problemas
Sin embargo, Sergio le asegura que la venta de la casa familiar en un country ayudará a saldar parte de la deuda que mantiene con la financiera de Hugo Brenner (Gabriel Goity).
Quien detrás de su traje elegante esconde a un prestamista desalmado, que no duda en enviar a un matón a presionar al protagonista y lo deja acorralado contra la pared.
Pero una tragedia se convierte en la salida para Sergio, luego de que se encuentra en la misma calle de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) cuando sufre un atentado.
Del que él sale con heridas menores y con la excusa perfecta para desaparecer como supuesta víctima del terrorismo, escapando por Uruguay a Paraguay.
Donde, mientras en Buenos Aires lloran su muerte, él comienza una nueva vida. Aunque el dolor de la separación de su familia nunca lo abandonará, a pesar de la distancia y el tiempo.